'Los Anillos de Poder' agrava la catástrofe y aburre en su segunda temporada
Todo vale en pos de apaciguar a los públicos modernos. Nada es sagrado
Los ecos de Tolkien resuenan de nuevo en la Tierra Media con 'Los anillos de poder'
![Galadriel en 'Los Anillos de Poder'](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/play/2024/09/10/galadriel-kT0B-U603048558959jTE-1200x840@diario_abc.jpeg)
Imaginemos que Prime Video comprara los derechos de La Biblia para hacer una adaptación. Imaginemos que, además, Amazon Prime Video asegurara que va a ser fiel y respetuosa al material original y que va a invertir mil millones de dólares en la producción. Suena bien, ¿ ... verdad? Incluso apuntaría a megahit con esos mimbres.
Sin embargo, al llegar el día de estreno descubrimos que los guionistas se han tomado ciertas libertades en la adaptación. Libertades del calibre de hacer coincidir en el tiempo a Noé, Moisés y Jesús de Nazaret, tres de los Apóstoles son ahora asiáticos y dos son mujeres o eliminar a San José de la historia para poder inventar tramas románticas con la Virgen María. La catástrofe sería, perdonen el chascarrillo, de dimensiones bíblicas. Bien, pues eso mismo es lo que ha hecho Prime Video con la obra de J.R.R. Tolkien desde 'El Silmarilion' hasta 'El Señor de los Anillos' pasando por los 'Cuentos Inconclusos'. Todo vale en pos de apaciguar a los públicos modernos. Nada es sagrado.
La primera temporada de 'Los Anillos de Poder' perdió el 64 por ciento de su audiencia entre su estreno y el capítulo final a base de destruir personajes tan amados como Galadriel y Elrond, pervertir la obra de Tolkien, inventar tramas innecesarias y, por encima de todo, ser un bodrio infumable de principio a fin. La recepción y las críticas del público y los fans fueron extremadamente negativas. Amazon respondió llamándoles fascistas, racistas y homófobos. No parece una gran estrategia la de insultar a los fans de las obras cuyos derechos has comprado.
Con semejante panorama no cabía esperar una corrección de rumbo en el enfoque de 'Los Anillos de Poder' en su segunda temporada y podemos confirmar que aquello de 'a peor no puede ir' no es más que tentar al Universo a demostrarnos que estamos equivocados. Porque la segunda temporada, tras cuatro capítulos emitidos, es todavía menos interesante, más aburrida, inconexa, ilógica y tediosa que la primera. Tras más de trece horas de historia, no hay arcos de personaje, no hay avance de la trama y todo sigue igual de mal. Las motivaciones de los personajes cambian radicalmente de una escena a la siguiente y el sentido común no aparece por ningún lado. Las malas decisiones no tienen consecuencias así que no hay tensión.
Por otro lado, el nivel de producción roza lo lamentable. El vestuario está a la altura de disfraces de todo a cien, los escenarios son una masa informe de imágenes generadas por ordenador y pantallas verdes superpuestas. Amazon ha conseguido, además, privar a la Tierra Media de sus brutales dimensiones. Los personajes viajan cientos de millas en segundos y el paso del tiempo es inapreciable. De las escenas de acción mejor no hablamos. Basta con ver la escena del episodio cuatro en la que una veintena de orcos esperan pacientemente su turno para que Galadriel los mate de uno en uno en lugar de atacarla en grupo. Y, por si fuera poco, Amazon, en su estrategia sociopolítica postmoderna, ha decidido humanizar a los orcos. Ahora resulta que tienen mujeres e hijos y no quieren ir a la guerra, por lo visto. Seguramente los veamos crear un sindicato para negociar un convenio colectivo con Sauron en próximos episodios. En 'Los Anillos de Poder', el delirio es la norma. Lo mejor de estos cuatro episodios es, sin duda, el alivio que uno siente cuando la serie es interrumpida por los anuncios. Un soplo de aire fresco entre el tedio, el hastío y el desinterés de ver otra obra maestra destruida.
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