«HIT» está de muy buen ver
Daniel Grao protagoniza la nueva serie de TVE como un profesor malote al que contrata un colegio público para meter en vereda a varios adolescentes
Daniel Grao en «Hit»
Educado entre ecuaciones para acumular dinero
Y nadie que enseñara a mantener al lado lo que quiero.
Nos Vamos a Comer el Mundo - Juancho Marqués
En «HIT» , la nueva serie de La 1 (Televisión Española) ambientada en un malrollero ... instituto madrileño, hay varias cuestiones candentes; la primera y más evidente es el incendio de cuatro coches. Otra, más tontorrona, es si su protagonista, un Hermano Mayor de mala uva y peores artes ( Daniel Grao ), está para toma pan y moja. Hay que coger bando y número, guapa, que hay cola. Una de las alumnas adolescentes, la más bicha con carita de ángel (Carmen Arrufat, 18 años recién cumplidos, nominada este año al Goya como actriz revelación por «La inocencia»), se lo quiere camelar para cerrarle el chiringuito, o eso dice porque miente más que habla. No está muy claro si a la ficción producida por Ganga («Cuéntame») le interesa meterse en ese tinglao que otras ya abordaron («Física o química») y abordarán («Todos mienten»). Otro alumno, que no se libra del ¡maricón! a pesar de ser el guaperas de clase, hasta se masturba viendo las charlas en YouTube de este Hermano Mayor. Vaya, en la comedia «Broad city», una de sus protagonistas decía que todos los profesores se masturban pensando en sus alumnos.
Grao, de padre coraje este 2020 en «Perdida» , interpreta en «HIT» a un profesor con heridas de guerra (estrés postraumático, alcoholismo) metido a ponente de charlas TED tras darse de bruces con el sistema educativo… el español y –sorpresa– el estadounidense. Si «La deriva», de Vetusta Morla, es la canción con la que este madurito de barbita perfilada y chupa se desmelena (episodio tres); servidor apuesta que su documental de cabecera es un clásico de Ética de cuarto de Secundaria: «Bowling for Columbine», de Michael Moore. Y el tío se mueve en bici por Madrid (Valdezarza-Tetuán, parece): eso sí que es ficción.
No es la primera vez que el actor catalán, con carita de ángel según le dé la luz , interpreta a un pan sin sal que acaba con algún manchurrón en el currículum («Sin identidad»); joder, interpretó a Mario Conde. Pero en «HIT», el descenso a los infiernos ya está hecho y el espectador (1,5 millones, de momento) le conoce en pleno viaje de vuelta. Hugo Ibarra Toledo (de ahí las siglas del título, «éxito» en inglés) es un borde y cae fatal de entrada a todo quisqui cuando le contratan para meter en vereda a los macarras de turno y, de paso, descubrir al pirómano. Que Hugo salga en televisión (¡buh!) con un discurso populista (¡buh!) le resta seriedad a ojos del resto de personajes: es un cantamañanas. Un payaso. Pero al espectador resabiado, el guion del también director Joaquín Oristrell y compañía (Yolanda García Serrano, Pablo Bartolomé, Jacobo Delgado) no le dará gato por liebre: este tío es trigo limpio, aunque le pierdan las formas, especialmente en los dos primeros episodios, en los que hay una traba detrás de otra para que no se salgan con la suya el protagonista y la quemada directora del centro, Ester (Olaya Caldera), que comparten otro fuego por apagar: la tensión sexual medio resuelta. Por cierto, Elena Trapé («Blog») dirige cuatro de los diez episodios que componen esta primera temporada.
Si hay que buscarle un antes a «HIT» en la ficción española, quizás la comparación más justa sea «La pecera de Eva» (2010-11), donde se curtió la dupla creativa Rodrigo Sorogoyen-Isabel Peña («Antidisturbios») y protagonizada por Alexandra Jiménez, primero como psicóloga tocapelotas y después –por castigo– profesora de diversificación. Aquella Eva, como este Hugo, era una borde de puertas para fuera, era saboteada cada dos por tres y se ganaba a sus pacientes-alumnos sin ceñirse al estatuto, ni aplicarse el cuento; en casa de herrero…
Hay una voluntad por trasladar la jodienda hormonal a la imagen (fotografía fría, cámara nerviosa, suena rap y hip hop) e incluso apropiarse del lenguaje de estos adolescentes, como «SKAM España», que sobreimpresiona en pantalla el contenido que sus adolescentes ven en los móviles. «HIT» se permite alguna pirueta como un plano cenital del gimnasio del colegio (episodio tres), o cuando el protagonista, mientras suena Nick Cave, se dirige a cámara y rompe suavemente la cuarta pared para avisarnos: «Se nos viene la borrachera del siglo». Y fundido a negro (episodio dos).
Y, aunque el nuevo título de TVE viva en una realidad distorsionada con respecto a la educación pública (bah, la España de «Vis a vis» tenía cárceles privadas), hay material actual como ese chaval catalán e independentista («Me la suda España y la Historia de España») que acaba en Madriz tras el divorcio de sus padres; en «Merlí» (TV3) ya había una profesora independentista. El resto de dramas, el ABC del género juvenil, están ya vistos, pero hay violencias y adicciones que no cambian. No se salvan los adultos, eh: que si un profe baboso, que si una chorba cleptómana… Pegas, las hay, por supuesto: ¿dónde están los gordos y los feos? Al menos hay hijos de inmigrantes y una persona con movilidad reducida, Maya (la colombiana Luisa Vides Galiano), con quien vive Hugo. Muchos fuegos intenta prender y apagar la serie, que como su protagonista, se cree más revolucionaria de lo que es realmente, pero está de muy buen ver.
Tres películas y una serie para combo escolar : «Uno para todos» (2020) y «Las niñas» (2020), en cines. «Eighth Grade» (2018), en Netflix y Movistar+. «SKAM España», en Movistar+.
«HIT» se emite cada lunes (22.10) en La 1 de Televisión Española. Tres episodios están disponibles en su web; la primera temporada consta de diez entregas de una hora cada una.
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