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La oda de Celia Giraldo a «los que nos cuidan» en 'Un lugar común'

La joven directora estrena su opera prima protagonizada por Eva Llorach para reflejar la crisis vital de una mujer que se queda sin trabajo y se aferra desesperadamente a lo que siempre ha hecho: cuidar a su familia

Los Javis se inventan una experiencia religiosa y fugaz para despedir a 'La mesías'

Eva Llorach, protagonista de 'Un lugar común' ESCAC Films
Clara Molla Pagán

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A sus 29 años, Celia Giraldo está cansada de preguntarse por el sentido de la vida. Es consciente de que forma parte de una minoría y reconoce que vive en una especie de burbuja en la que su entorno se lo pregunta a menudo. Y su trabajo es una prueba de ello. La joven cineasta, que ha dirigido algunos capítulos de 'Esto no es Suecia' y el cortometraje 'Te busco en todos', estrena su opera prima 'Un lugar común'. Giraldo habla y dirige en nombre de la madre, concretamente de una mujer de cincuenta años, esposa y madre de familia. Una mujer normal y corriente en medio de una sociedad que apenas tiene tiempo para preguntarse por nada y que sigue el frenético ritmo de la vida hasta que la misma le golpea como a ella. En un primer momento, Celia quería plantear una historia que mostrara la vida de varios personajes con los que sentirse identificados, pero a medida que fue avanzando, se dio cuenta de que lo realmente interesante era la vida interior de esta mujer, porque de exterior había poco.

El punto de inflexión para Pilar, interpretada por Eva Llorach, no es su despido después de muchos años como enfermera, ni el pasotismo de su familia, ni la decisión de su hija de cuidar perros en Latinoamérica. El golpe es una pregunta: «¿Y quién cuida de ti?». Este interrogante que lanza una niña de cinco años atraviesa la vida de esta mujer y es el eje sobre el que se sostiene la película. «Es la misma pregunta que nos surgía. ¿Quién cuida de los padres?. Además, queríamos dejarla sin responder», reconoce la directora a ABC.

Los elementos religiosos pueden pasar bastante desapercibidos para el espectador, pero lo cierto es que arrojan luz sobre una generación y la directora así lo ha querido mostrar. Tras la pregunta que sacude a Pilar, la siguiente escena es una estampa del Sagrado Corazón de María que cuelga del espejo retrovisor de su coche. «Hay algo ahí de la cultura judeocristiana, de la culpa, la importancia de la familia, que es algo que he vivido en mi entorno y he querido retratar. Es la imagen de la virgen cuidadora. Es la idea de toda una generación que siempre ha creído que no velaban de ella, pero que al menos, alguien arriba lo hacía», asegura la directora.

La directora Celia Giraldo junto a la actriz Eva Llorach ESCAC Films

Cuando Celia Giraldo arrancó el rodaje tenía 26 años y muchos retos por delante. Sin embargo, reconoce que lo más complejo ha sido gestionar la parte emocional. «Tengo muchas amigas directoras y todas experimentamos una necesidad de querer cumplir unas expectativas. A nuestra generación de mujeres se nos ha dicho tantas veces que nos podemos comer el mundo que siento una presión muy grande. Todas hemos sido la niña lista de su clase, pero claro, cuando sales al mundo real te das cuenta de que tienes que estar a la altura del momento», reconoce.

La introspección de Giraldo sobre la maternidad es apabullante. A pesar de su joven edad, la directora ha sido capaz de mostrar de un modo abrumador la vida interior de una mujer de cincuenta años en crisis. «Estoy cansada de ver series de jóvenes. No me interesan. Me niego a pensar que el mundo es de ellos. Es ponernos trampas a nosotros mismos. Tener una sociedad edadista no beneficia a nadie porque todos vamos a llegar al mismo punto y vamos a tener arrugas», reconoce Eva Llorach, la actriz que interpreta a Pilar. Aunque la película refleja la experiencia de una generación de mujeres, la directora reconoce que el público joven conecta, en parte, porque el trabajo que hay detrás de esta producción está hecha por jóvenes. «Hay algo en el código que conecta muy bien con la generación Z», asegura Giraldo.

A esta generación de mujeres se nos ha dicho tantas veces que nos podemos comer el mundo que siento una presión muy grande

Celia Giraldo

Directora

Cuando Pilar se queda sin trabajo, el mundo se para. Tras dejar de hacer lo que ha realizado durante muchos años, una crisis de identidad le lleva a cuestionarse poco a poco todo lo que ha construido. «El lugar común es la familia, el trabajo. La vida se nos sostiene por pilares muy concretos y si se nos cae una pata sentimos que perdimos la identidad. Parece que somos en realidad lo que hacemos». Y así, esta mujer se embarca en un viaje para reconocer quién es y qué le mueve a vivir.

Para Pilar, lo fácil hubiera sido la huida, pero la directora era consciente de que la esa respuesta no es realista porque la vida es una sucesión de momentos felices, pero también de crisis. Dejarlo todo es una posibilidad, pero para Giraldo la vida es la que es y lo verdaderamente transformador es intentar cambiar aquellas cosas que no hacen feliz desde la realidad. «He querido dignificar a las mujeres de mi familia, y por ende, a todas las mujeres cuidadoras. No sé si lo he conseguido o no, pero eso es lo que quería: devolverlas a un lugar visible», indica Llorach.

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