Colin Farrell destripa en 'El Pingüino' al clásico villano de Batman
El actor protagoniza la serie de Max sobre el viaje criminal del personaje, aquí un aspirante a capo de la mafia
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Para abrir en canal a uno de los villanos más reconocibles de DC, Colin Farrell se ocultó bajo capas y capas de maquillaje. No hay en el Oz Cobbs del actor irlandés ni rastro del Pingüino de Danny DeVito, ni sobrero de copa ni ... monóculo. Arrastra la barriga de Tony Soprano y las cicatrices del Joker, y por nariz tiene la prótesis de un pico de pájaro. No vuela, pero se mueve en los suburbios de Gotham como pez en el agua, y disimula sus intenciones, de pasar de soldado a capo de la mafia, bajo kilos y kilos de falsa grasa. «Estamos en el mundo de Oz. Vivimos en los bajos fondos de la ciudad. Oz es un agente de cambio. No siempre se puede confiar en él. Es muy inteligente y metódico pero también muy impulsivo y volátil. No puedes predecir lo que va a hacer», cuenta Lauren LeFranc, la creadora de 'El Pingüino', que viene a profundizar en esta serie de Max en uno de los clásicos antagonistas del Caballero Oscuro que presentó Matt Reeves en la película 'The Batman'.
El Pingüino de Colin Farrell es un arribista que ve su oportunidad de medrar tras la muerte de Carmine Falcone, un criminal de poca monta con grandes ambiciones que aprovecha las dudas, los resquicios de la organización que maneja Gotham en las sombras, para llenar el vacío de poder dejado por el capo. No es una serie de superhéroes, aunque se mueva en el universo del justiciero enmascarado por antonomasia. De hecho, los ocho episodios de 'El Pingüino' tienen un tono propio inédito en el género, a medio caballo entre un thriller, una película de Martin Scorsese y el puro cine negro introducido por Matt Reeves. «Es una serie que explora la psicología de Oz, sus traumas», incide LeFranc, aludiendo, sin nombrarla, a una referencia obvia: 'Los Soprano'. «Nadie en esta serie usa máscara, salvo Colin Farrell en términos de producción, pero más allá de eso hemos creado un mundo sobre personas, donde nadie es ni un héroe ni un villano. Nadie es solo bueno o malo. Nadie es simplemente una víctima», reconoce la creadora de 'El Pingüino'.
'El Pingüino' rompe también con el canon de Batman, creando personajes de la nada, cambiando episodios fundamentales en otros que dan un giro radical a sus personalidades. Victor Aguilar, interpretado por Rhenzy Feliz, es «completamente nuevo», por ejemplo, mientras que al propio Oz Cobbs le guillotinan su pasado, reconvirtiendo sus orígenes, de familia acaudalada en los cómics, en los de alguien que «creció pobre» para dar verosimilitud a la trama. «He tenido libertad para explorar el canon de una manera diferente», confiesa la creadora de 'El Pingüino', que se estrenó ayer en Max.
Liberada del canon
Algo que aprovechó la creadora para profundizar y enriquecer a un personaje con el potencial del de Sofia Falcone, que aquí, al contrario que en los cómics, sale del asilo de Arkham. «Quería crear un personaje femenino que me hubiera gustado ver cuando era niña, cuando estaba creciendo. Siempre sentí más conexión con los personajes masculinos porque tenían una historia más profunda e interesante. Y eso es decepcionante, como espectadora, como lectora, así que vi la oportunidad de invertir la dinámica y crear una mujer complicada, divertida y tan interesante como cualquier otro personaje masculino previo», concede.
Lo cual no es impedimento para enriquecer también otros personajes como el protagonista, que aquí no es la caricatura de antaño: «La serie gira en torno al ascenso de Oz, pero no olvida sus traumas de la infancia. Exploramos también su masculinidad», afirma.
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