Alex Garland: «No hay país, salvo uno de fantasía, en el que no exista riesgo de una guerra civil»
El director de 'Aniquilación' estrena 'Civil' War', una película que pone en valor al cuarto poder como lo hiciera, en su estilo y distancia sideral, 'Todos los hombres del presidente'
Alex Garland, director de 'Civil War', presenta su película centrada en la polarización
![El cineasta Alex Garland estrena 'Civil War'](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/play/2024/04/18/civil-war-alex-garland-kpzE-U602104849656sWH-1200x840@diario_abc.jpg)
«No hay país, salvo uno de fantasía, en el que no exista riesgo de una guerra civil». Quien habla con esa rotundidad es el escritor Alex Garland, que con '28 días después' se convirtió en guionista para acabar como lo que es ahora, ... uno de los directores de cine con más personalidad. Lo demostró primero con 'Aniquilación' y después con 'Men'. Ahora ha ido más allá con 'Civil War', una película donde se atreve a llevar una guerra civil a las puertas de la Casa Blanca y el Capitolio.
No es la primera vez que Washington o Nueva York arden en la pantalla. O que sus ciudadanos son bombardeados, o que el presidente recibe un disparo... Pero casi nadie se había atrevido a llevar al presente, un presente tan realista como factible –él la define como «ficción especulativa»–, un conflicto entre hermanos en la primera potencia mundial. Al fin y al cabo, el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021 lo provocaron americanos contra americanos enfermos de polarización. «Yo la escribí antes, y antes del asalto ya la tenía financiada», asegura el director de 'Civil War', que visitó este martes Madrid en plena gira triunfal tras debutar en EE.UU. como la película más vista del fin de semana y de la historia de su productora, A24. «Lo que recuerdo de aquel 6 de enero es que lo que pasó ya se nos había advertido: había un lenguaje violento previo y ese lenguaje solo desencadena en violencia. La amenaza del 6 de enero ya estaba ahí. Cuando ocurrió, me impactó pero no me sorprendió».
En la 'Civil War' de Garland no hay aliens con ganas de destruir la Gran Manzana ni rusos o coreanos capaces de asaltar el Pentágono. Lo que hay, y solo lo escuchamos por la radio, en conversaciones entre periodistas o en las pantallas de los móviles, es un presidente que se ha enrocado en un tercer mandato (algo inconstitucional allí) y una coalición de estados rebeldes (con alianzas tan «antinaturales» en esta era de crispación como la muy liberal California con la conservadora Texas) que se levanta en armas contra el «okupa» de la Casa Blanca. Y levantarse en armas en la nación más armada del mundo es ver cazas, tanques y soldados de élite matándose en el párking de un centro comercial abandonado.
Mundo polarizado
Y aunque ese conflicto político solo se aparece en un segundo plano, como en aquel 'Ruido de fondo' de DeLillo, toda el metraje está dominado por la política. «Al observar los problemas que han surgido en Reino Unido, en EE.UU. o en otros países europeos, todo está relacionado con la polarización. Se vende que es una división de derecha contra izquierda, pero no es así: el problema es que los extremistas se han adueñado de los partidos. Antes era una cosa de posiciones ideológicas, de impuestos bajos versus redistribución de la riqueza... pero ahora no, porque ahora ponerse o no una mascarilla se utiliza como ideología, pero no lo es», reflexiona el cineasta como respuesta a por qué no quiso aclarar las posiciones políticas de unos y otros en el filme y el motivo por el que unió en el bando rebelde a estados «rivales». «Yo soy de centro izquierda, pero tal y como está la política de polarizada, mi pensammiento político no es si soy de izquierdas o de derechas, sino de centro contra extremismo. A mí la derecha no me preocupa, tengo grandes amigos en la derecha, pero el extremismo... no tengo amigos extremistas. Y ahora la política se centra en eso, centro contra extremistas, da igual que sean derechas o izquierdas. Y cuando en algunos sitios dicen que la pelicula es apolítica es claramente una respuesta de un mundo polarizado», remata.
Volviendo a 'Civil War', Garland centra su cámara en tres periodistas, dos veteranos, interpretados por Kirsten Dunst y Wagner Moura, y una joven aspirante a fotógrafa. A través de ellos y de su objetivo de alcanzar la Casa Blanca antes de que lleguen los primeros rebeldes a deponer al presidente sitúa al espectador en primera línea de fuego. Más allá de la fantasía de esos reporteros disparando flashes como quien dispara un fusil, Garland ha hecho una película que pone en valor al cuarto poder como lo hiciera, en su estilo y distancia sideral, 'Todos los hombres del presidente'.
Lo hace a través de una protagonista que bien podría ser la mítica fotógrafa de guerra Lee Miller. Aunque Kirsten Dunst, que habló con ABC a través de un encuentro virtual con medios extranjeros, dice que su gran inspiración fue María Colvin después de verla en el documental 'Under the wire'. «Lo increíble de esta película es que no sabes quién está haciendo lo correcto y quién no, lo importante es la polarización que lleva al conflicto y cómo se cuenta a través de unos periodistas. El modo en el que Alex lo escribió me hizo aterrorizarme. Y esto es lo que creo que es esta película, una advertencia por lo que está pasando, un filme de guerra antibélico», sentencia.
Recoge Garlan el guante encantado. Y valora el papel de la prensa como pocos: «Tenemos sistemas de separación de poderes y de equilibrios de poder y de petición de responsbilidades gracias a la prensa fiscalizadora para evitar que todo se vaya al extremismo y de ahí a una guerra civil. El problema es que este control se ha erosionado de una manera totalmente intencionada, como se ha socavado la prensa, se la ha menospreciado, quitado valor... Si eres un presidente corrupto y tienes el antecedente de Nixon con el 'Post' y no quieres que te vuelva a ocurrir a ti, entonces tu ventaja está en atacar a la prensa», valora este hijo de un popular viñetista de prensa en Reino Unido criado en una casa donde no faltaban los periódicos. «La prensa ha sido socavada de manera premeditada y el público ha empezado a dejar de confiar en los medios y atacar a los periodistas, y eso a mí me asusta. La prensa tiene una función social que es pedir responsabilidades a los gobiernos, y si no lo hacen no están haciendo bien su trabajo, y eso es un peligro. Lo que hicieron Woodward y Bernstein con Nixon no podría ocurrir ahora: la prensa ha publicado cosas muy graves sobre Trump o Boris Johnson y no han caído. Fox News no distribuye noticias, distribuye propaganda...», lamenta.
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