Las mujeres dan miedo
El género experimenta un giro autoral que permite analizar las preocupaciones de la sociedad actual con un toque gore
![Las mujeres dan miedo](https://s2.abcstatics.com/media/play/2019/07/26/terror-k9pG--1248x698@abc.jpg)
El cine de terror tiene un nuevo nombre propio: Ari Aster . El director estadounidense ha dejado impregnado su estilo en el género con apenas dos largometrajes, «Hereditary» y la recién llegada a los cines «Midsommar» . En ellos, ha revaluado la importancia de la mujer en el género haciéndola descender hasta los infiernos y relatando cómo ha sido el trayecto. En la primera, enfrentó a Annie ( Toni Collette ) a su mayor temor: convertirse en su madre. Ahora somete a Dani (Florence Pugh) a un camino hacia la locura a plena luz del día y bajo la atenta mirada de la única familia que le queda: su novio. «Aprecio mucho a las mujeres, es tan simple como eso. Encuentro en estos personajes a muchas mujeres que he conocido o desearía conocer», reconoce el propio director. Poco tienen que ver sus protagonistas con las extinguidas «Scream Queens» (reinas del grito), cuyo único cometido era hacer saltar al espectador del sofá.
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«Antes, el cine de terror no era para todo el mundo. Era más bien para un pequeño grupo de valientes que se atrevían a verlo», analizó la exchica Bond Caroline Munro. Por antes se refiere a los años sesenta y setenta, cuando chillaba de terror ante un Drácula interpretado por Christopher Lee. Munro no fue la primera «Scream Queen» . El término empezó a utilizarse durante el «boom» de títulos de terror de bajo coste (o serie B) en los que aparecieron un sinfín de actrices que soñaban con hacerse un nombre en Hollywood. La reina de todas fue Fay Wray , recordada por embaucar al gorila más carismático del cine en «King Kong» (1933). Otras muchas trataron de seguir su estela, pero no todas consiguieron hacer de sus propios sustos una carrera. Janet Leigh sí que pasó a la historia del cine, bajo las órdenes de Alfred Hitchcock, por su traumática ducha en «Psicosis» (1960); al igual que la escurridiza Shelley Duvall, quien hizo todo lo posible para escapar de Jack Torrance en «El resplandor» (1980). «Jessica Rothe, en “Feliz día de tu muerte”, o Kaya Scodelario, en “Infierno bajo el agua”, serían una versión actual de “Scream Queens” pero mucho más activas. Además de gritar, pelean. Ya no dependen del héroe masculino», dice Ángel Sala, director del Festival de cine Fantástico de Sitges.
Protagonismo femenino
El cine de terror, aunque parezca mentira, siempre ha tenido un protagonismo femenino muy fuerte. Los grandes directores del género han recurrido a la figura de la mujer para atormentar a los más valientes con espeluznantes imágenes como las protagonizadas por la poseída niña de «El exorcista» (1973) . La actuación de Linda Blair causó tal revuelo que gran parte de los espectadores que se acercaron hasta el cine para verla no fueron capaces de terminarla. Algo parecido quería conseguir «The Ring» (2002) . La cinta que «invocaba» a la chica del pozo (Daveigh Chase) causó paranoia entre los que aseguraban que, como en la película, iban a morir en siete días.
Además de provocar pesadillas, los personajes femeninos han forzado al espectador a encarar la parte más cruda de la realidad. Mia Farrow, en «La semilla del diablo» (1968), ya mostró el tormento que puede ser la maternidad, mientras que «Carrie» (1977) habló sin tapujos de los problemas (llevados al extremo) de la adolescencia. Pero también han servido para demostrar que las chicas también saben defenderse. Solo hay que ver cómo Laurie Strode (Jamie Lee Curtis) se enfrentaba a Michael Myers en «La noche de Halloween» (1978), Pamela Voorhees (Betsy Palmer) sacaba las garras en «Viernes 13» (1980) o Ellen Ripley (Sigourney Weaver) se convertía en la primera valiente en hacer frente a la criatura más terrorífica del cine en «Alien».
Personajes como estos ya hicieron frente a ese tópico de la chica asustadiza que tenía que ser rescatada. Una estela que ha tomado aún más fuerza en la actualidad al « dotar de complejidad psicológica al personaje» , reflexiona Sala. El cine de terror ya no solo quiere asustar al espectador, también busca inquietarle en los días posteriores al visionado. Quiere impregnar la piel del seguidor del género con tormentosos pensamientos que tardarán días en abandonarle. Pero esto es algo en lo que el cine español se convirtió en experto en los años dos mil. El sufrimiento de Manuela Velasco en la saga «REC» , ante una atípica invasión zombie, y el pesar de Belén Rueda en «El orfanato» (2007) y «Los ojos de Julia» (2010) , de J.A. Bayona, conmocionó al público nacional e internacional. «De una forma no consciente, todas mis películas menos "Quién a hierro mata" tienen protagonista femenina. Creo que es erróneo o en todo caso un poco caduco el pensar que podemos identificarnos mejor con personajes de nuestro propio género. Socialmente, y como reflejo de ello en las ficciones contemporáneas, las barreras de género son afortunadamente cada vez más difusas», explica el director Paco Plaza.
Pero, ¿por qué ha cambiado esto? El aumento de las mujeres directoras en el cine de terror ha ayudado, pero parte de culpa también es de series como «The Walking Dead» , que han hecho más accesibles el género.
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