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Gary Oldman debuta como actor de televisión: «No sé qué significa ser un actor de método»

El actor charla con ABC sobre su carrera ante el estreno (este viernes, en Apple TV+) de 'Slow Horses', una serie de espías

Rosa Belmonte escribe sobre 'Slow Horses'

Gary Oldman en 'Slow Horses' Apple TV

María Estévez

A medida que los actores de cine han ido emigrando hacia la televisión, Gary Oldman observaba con envidia a sus colegas a la espera de su oportunidad. La oferta llegó con ‘ Slow Horses ’, una adaptación de la novela de espías de Mick Herron de 2010, que ha estado en desarrollo en los estudios de Apple TV+ durante un tiempo, tanto que Oldman firmó antes de ganar el Oscar por dar vida a Churchill, en 2018. En la serie (de seis episodios, aunque ha firmado ya dos temporadas más) interpreta a un canoso agente del MI5, Jackson Lamb, que dirige una especie de purgatorio para agentes que han caído en desgracia y se unen para rastrear un posible complot terrorista. Para prepararse, los actores se reunieron con un exagente, quien actuó como asesor técnico de la serie. Con muchos rumores a su alrededor de estar pensando en retirarse, el actor británico, en última instancia asegura a ABC que trabajar en ‘Slow Horses’ superó todas las expectativas que tenía para la televisión y no piensa abandonar su carrera por el momento.

-¿Qué ha significado para un actor como usted rodar una serie?

-Me encantan los formatos largos y la televisión. Soy un gran fan del medio y estaba esperando mi oportunidad. Me daban mucha envidia mis compañeros que disfrutaban del formato largo de televisión. Esta era una fantasía que deseaba realizar.

-Se dice que estaría pensando en retirarse ¿Es cierto?

-Planeo seguir, con suerte, todo el tiempo posible mientras la gente disfrute del programa y Apple quiera seguir firmando cheques. Estoy completamente comprometido con el programa, con Jackson Lamb y el resto del elenco. Me encantaría seguir trabajando en este formato porque es una gran oportunidad para los actores.

-Ha interpretado varios espías en su carrera. ¿Por qué se siente atraído hacia este tipo de personajes?

-Lo más aterrador y lo peor de ser un espía es la paranoia. Todos acaban escuchando pasos en las escaleras en noches en vela. Esa forma de vivir me parece atractiva y adictiva. Cuanto mayor me hago, menos me preocupa el producto final, el resultado. Le doy más valor a la experiencia real de grabar, de vivir el rodaje.

-¿Es un actor de método?

-¿Donde leíste que soy un actor de método? Es muy extraño, si te soy sincero, no sé qué significa ser un actor de método. Déjame darte un ejemplo: cuando estaba haciendo Drácula, hace muchos años, Coppola quería que gimiera en una escena. No quería que llorara, ya que llorar es una cosa, sino que gimiera, que es otra cosa completamente diferente. En aquel entonces, llevaba un libro de fotos de mis hijos que utilice para la escena. Me tocaba trabajar con Tony Hopkins, tan maravilloso como siempre es, pero la escena no estaba funcionando, así que mi asistente de ese momento se subió a una caja, se puso a la misma altura que Tony, y me hizo preguntas sobre mis hijos. Usé esa emoción para dar a Coppola lo que requería. Ese no era Drácula llorando, ese era Gary llorando canalizando a través de la prisión de Drácula. A través de la fisicalidad de mi personaje. No sé si es un método de actuación o simplemente un camino para llegar donde tienes que llegar. Para mi, leer sobre espías, pensar en armar una biografía del personaje y entrevistar a otros espías también son fuentes para crear tus trucos. Pero no lo veo como un actor de método, simplemente nos preparamos con dedicación. Cada personaje es un desafío diferente.

-Con tantos personajes a los que ha dado vida, ¿qué ha encontrado en este hombre para hacer una serie?

-He interpretado a tantos locos en mi carrera que Lamb es una delicia. Después de vivir alrededor del mundo, regreso a casa con Lamb. Vuelvo a mis raíces. Hay un timbre en él que tiene su propio sonido y está muy cerca de mí. Me considero más delicado que Jackson Lamb, pero tengo mucho en común con él.

-Mencionaba a Coppola y ha trabajado con tantos grandes directores... Sin embargo, en las series, cada temporada tiene uno o varios directores diferentes. ¿A usted le afecta?

-Trabajar con diferentes directores siempre es un desafío porque todos vienen con su propia visión. Cada director supervisa lo que hacemos y, para mi, es una experiencia cinematográfica de seis horas. Es un reto buscar al siguiente realizador porque para ellos supone un enorme riesgo hacerse cargo de una serie que está dividida de tantas maneras. Es necesario que sea un director duro y capaz de visualizar los seis episodios que se ruedan cada año.

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