La cobra y el saltamontes
Protagonizada por Jackie Chan y el hijo de Will Smith, llega una nueva de artes marciales dirigida por Harald Zwart

En el imaginario colectivo de toda una generaciĂłn de nacidos a comienzos de los años 70, las coces, posturas marciales y ademanes chulánganos del primer «Karate Kid» (de las secuelas no hablemos, aunque en la Ăşltima salĂa Hillary Swank) han quedado grabados a fuego lento.
Cuántos habrán aprendido a dejar su coche como los chorros del oro o a pelotear a sus jefes con aquello de «dar cera, pulir cera»... Ahora, el mediocre Harald Zwart («La pantera rosa 2» o «Superagente Cody Banks» son sus cimas) emprende la dura tarea de revisar prácticamente un mito y, oh sorpresa, la jugada no le sale mal del todo.
Por varias razones, que se pueden resumir en una: la compenetrada pareja que forman el maestro Jackie Chan (seguramente en su mejor papel, cosa nada complicada) y sobre todo Jaden Smith, que compone un entrañable y benjamĂn «Dre-san» fanático de Bob Esponja y que, a falta de Elisabeth Shue, se engolosina con una chinita violinista.
Dirigida descarada y emotivamente al pĂşblico infantil casi disneyano, la peliculilla renueva iconos del pasado (el trajĂn de quitarse y ponerse la chaqueta), aporta algunas gotas de «ceremoniosidad» protobudista y certifica que hacer la cobra no sĂłlo es cosa de pagafantas. Además, los «tempos» y las patadas están bien medidos y se introduce con acierto la imprescindible figura de la madre de la criatura. Aprobado alto, venga.
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