Las críticas de la semana por Oti R. Marchante: 'Los aitas', 'La chica de la aguja' y 'Misericordia'

El bueno. 'Los aitas': Comedia familiar de Borja Cobeaga, nombre clave de lo que se podría llamar el nuevo 'humor vasco', que no era fácil dar con él pues utiliza materiales, digamos, explosivos sobre asuntos delicados, como el terrorismo de ETA o los extremos de la idiosincrasia vasca. Creador de aquel programa televisivo, 'Vaya semanita', guionista de 'Ocho apellidos vascos' y director de títulos como 'Fe de etarras' o 'Negociador'. En 'Los aitas' cambia de carril y hace una película blanca, 'buena', que caricaturiza la figura del padre y afila los clichés de un grupo de ellos cuando tienen que acompañar a sus hijas a una competición de gimnasia rítmica a Alemania. Una historia con fondo tierno y cuyo argumento es el viaje (en autobús), las situaciones y los contratiempos que surgen en el camino; también la relación cambiante y chocante entre padres e hijas y los procesos (a lo vasco) para adecuarse a las circunstancias. Momentos de comedia, también de drama suave, algunas lecciones de vida y apuntes sociales sobre la implicación paterna en las cosas de los hijos… Y felices protagonistas masculinos, Quim Gutiérrez, Juan Diego Botto, Iñaki Ardanaz, Miguel Losada y un surrealista Ramón Barea.

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El feo. 'La chicade la aguja': Película danesa de Magnus von Horn, a la que se le coloca el adjetivo feo a pesar de que es visualmente portentosa (con un blanco y negro que impresiona) y se le aprecia primor formal y unas interpretaciones increíbles. Pero la historia alcanza unos niveles de desfiguración, de crueldad, abyección y miseria que hacen complicado digerirla. El ambiente paupérrimo tras la Primera Guerra Mundial, una mujer joven, sin noticias ni cadáver de su marido que no ha vuelto de la guerra, sin apenas medios de subsistencia y además embarazada. El director no escatima ni un solo momento de sordidez ni fatalidad, y con una estética deslumbrante dibuja una excesiva monstruosidad. Los lugares, los personajes, los comportamientos son el perfecto mapa de la fealdad bellamente dibujado, y hacia donde se dirige la historia de Karoline es una zona de alienación difícil de visitar. La actriz, Victoria Carmen Sonne, hace un trabajo homérico, lleno de angustiosa ingenuidad y mediante una interpretación cuyas claves se encuentran en el viejo cine mudo, cargada de expresión, expresionismo y tristeza.

El malo. 'Misericordia': El francés Alain Guiraudie dirige una película con algo de intriga, algo de drama, algo de crimen y que pertenece al género de '¿hay alguien inocente por aquí?'. Ganó la Espiga de Oro en el pasado Festival de Valladolid, luego 'el malo' no se refiere a su calidad, sino a la pasta de que están hechos sus personajes, un joven que acude al pueblo por la muerte de su antiguo jefe, su viuda, el hijo de ellos y amigo, o algo así, del protagonista…, y hasta el cura del pueblo. No es fácil cogerle simpatía a ninguno, pues todos andan cargados de incomprensibles lacras; el argumento se enrosca sin motivo y todo parece al tiempo banal y muy profundo. Algo así como la maldad sin venir a cuento.