Crítica de 'Rodeo' (**): Joven, rebelde y motera
Tienen valor especial las secuencias de asfalto, cabriolas, carreras y persecución, pero lo más sobresaliente es la física extraña y la química antipática de la protagonista

Es el primer largometraje de la francesa Lola Quivoron y tiene su mayor singularidad en el personaje femenino que recoge, una joven marginal, y los ambientes moteros donde se desarrolla la historia. Julia no parece tener familia ni amigos, vive volcada en su pasión por ... las motos y sobrevive entre trapicheos y mangancias. Tampoco es bien acogida entre las pandillas de jóvenes, tíos con moto que hacen piruetas en el asfalto, pero no le afecta: ella, su personalidad belicosa y su moto de cada día, que suele robar con mucha cara dura.
No hay una masa compacta en su argumento y tal vez lo mejor cuajado sea la relación de Julia con una mujer ligada al mundo motero porque su marido, desde la cárcel, es quien maneja el negocio de motos sustraídas y revendidas, un papel que interpreta Antonia Buresi (también guionista). La historia consiste en un ir y venir de Julia, en un progresivo afianzamiento entre esos grupos clandestinos y en algún resorte y pequeño brote emocional. Tienen valor especial las secuencias de asfalto, cabriolas, carreras y persecución, pero lo más sobresaliente es la física extraña y la química antipática de la protagonista, Julie Ledru, que se estrena en esta plaza de la interpretación y que transmite más que la propia historia de su protagonista.
Y quizá lo más reprochable de 'Rodeo' sea que, a la vez que capta la felicidad de su protagonista, su sensación de libertad y alegría a lomos de la moto, pretenda con éxito ser una película triste.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete