Crítica de 'Un paseo por el Borne' (**): El cine como desencanto, o el encanto del cine
La película está protagonizada por actores de la talla de Rodolfo Sancho, Ruth Gabriel o Natalia Verbeke entre otros
Rodrigo Sancho y Natalia Verbeke dan 'Un paseo por el Borne'
![Rodolfo Sancho en un fotograma de 'Un paseo por el Borne'](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/play/2024/07/25/101721_fb051ff4-c4f2-4b70-9f01-07f60e64fe26W-RmWgSnZ3CzqyqaO5ZLFzpgL-1200x840@diario_abc.jpg)
El director, Nick Igea, quiere hablar de cine, cómo se siente, cómo se hace o cómo se deshace, en su primer largometraje, y deja la impresión de haber conectado con mucha intensidad las líneas de su historia con las líneas de sus ... personajes y sus vidas. Ha hecho una película como si quisiera contar a la vez los problemas para hacerla. En cierto modo, reúne en el trayecto de su relato la desilusión por el cine, la recuperación de esa ilusión, la voluntad por seguir adelante, la frustración, la esperanza…, es como la puesta en escena de esos picos ciclotímicos que recorren el estado de ánimo de cualquiera, incluso si no se dedica al cine.
Elige un buen personaje central y un actor perfecto para contenerlo y comprenderlo: un hombre ya maduro, Martín, con una profunda sensación de fracaso (quiso ser director y aborrece el cine) y que, por supervivencia, acepta dar un curso de cine gratuito para despistados. Rodolfo Sancho interpreta con gran seriedad, manejo de los tonos y enorme poder de transmisión a ese hombre apático y sin aliento ni esperanza. Su primera clase es, más que un curso de cine, un curso de bordería. Nick Igea, coguionista también junto a Zebina Guerra y Elio Quiroga, cuida bien las varias intrigas de la historia: ¿Qué destruyo a Martín?, ¿Podrá reponerse con la influencia y el entusiasmo de sus alumnos?, ¿Hay todavía algo de industria 'sana' en el cine?, ¿Puede una película sobre cómo se hace una película tener un final feliz?...
Lo mejor de 'Un paseo por el Borne', además de esos paseos por la noche de Palma y unos diálogos que saben combinar el humor y la trascendencia, es la relación de Martín con sus alumnos y lo que le transmiten de 'amateurismo' a su ambición artística y cinematográfica, a pesar de que son estupendos actores, como Ruth Gabriel, mejor que nunca, Tábata Cerezo, Roque Ruiz, Lluis Oliver o Tony-Lluis Reyes, y la gracia entre real y ficticia de la llegada de la actriz famosa al rodaje, Natalia Verbeke.
Hay, quizá, un exceso de convicción sobre lo que es y no es el cine, o lo que es y no es el éxito, y peca de obviedad en los momentos de películas clásicas que se proyectan en la pantalla y sus contraplanos en los rostros 'emocionados' de ellos, un poco al estilo de 'Cinema Paradiso'. Pero son buenas la historia, la intención, algunas soluciones y el sabor de boca.
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