Crítica de 'Todos los nombres de Dios' (***): un explosivo Tosar en este thriller imparable
Contiene lo mejor del cine de Calparsoro, acción, intriga, tensión, alcanza niveles altísimos de espectacularidad y mantiene un ritmo siempre en armonía y ascendente
Otras críticas de cine

Hace veinticinco años desde que Daniel Calpasoro dio aquel 'Salto al vacío', una película extrema, visceral, que anunciaba a un cineasta de cámara y acción; tiene ya una filmografía larga, y potente, con películas de todo tipo pero que desprenden nervio y energía. 'Todos los ... nombres de Dios' contiene lo mejor del cine de Calparsoro, acción, intriga, tensión, alcanza niveles altísimos de espectacularidad y mantiene un ritmo siempre en armonía y ascendente. La historia que cuenta es tremenda, espeluznante, y comienza con un atentado terrorista en el aeropuerto de Madrid y con unas secuencias de realismo difíciles de embridar.
El personaje principal es un taxista, Luis Tosar, que se ve envuelto en una serie de circunstancias que empujan una trama siempre al borde del precipicio. El guion de Gemma Ventura es preciso, de metro y compás perfecto, en busca siempre del equilibrio entre la acción imparable y la extracción de sentimientos, de la víctima, del verdugo, de las fuerzas del orden y de familiares. Se olvida, digamos, de lo gordo (el atentado) para centrarse en eso mágico que solo tiene el cine, cuando uno vale por todos.
La línea argumental es siempre directa, un hombre en peligro, pero tiene el acierto la película de quebrarla con un giro que sitúa lo que ya estaba alto en la misma azotea del suspense: pasa de la explosión al tic-tac en una segunda parte en la que se cuenta cada segundo. Interesantísima, agobiante, la trama, y muy bien los duetos de los actores, el de Luis Tosar y Nourdin Batan, el de Inma Cuesta (que no fuma, aunque quiera aparentarlo) y Roberto Enríquez, el de Patricia Vico y Lucas Nabor, esposa e hijo del taxista con la función de poner la congoja en la garganta. Incluso se entienden algunos excesos en el volcado emocional de las llamadas de teléfono. Tosar, con la difícil misión de no tener ni un respiro, posee ese fantástico primer plano de tipo sencillote en las últimas, muy apropiado para el mensaje indulgente que asoma por un hueco de la historia.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete