Crítica de 'Las chicas están bien': Mujeres y mujeres a pie de obra
Rodada con buen gusto y franqueza, aporta una mirada femenina, un físico y un espíritu femeninos, un propósito de sondear en lo humano, el amor, la muerte
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El primer trabajo como directora de la actriz Itsaso Arana ('La virgen de agosto', de Jonás Trueba) tiene una cantidad enorme de latido y todo en él es sensibilidad, puerta a la emoción y voluntad de escribir en redondilla. No hay ninguna nota ... en esta película que se salga de lo afinado, lo impecable: una mirada femenina, un físico y un espíritu femeninos, un propósito de sondear en lo humano, el amor, la muerte, la interpretación, desde el exclusivo hecho de ser mujer, o actriz, o amante, o madre, o princesa. Y detrás de ese sondeo, se aprecia la idea de la directora de establecer un juego, no muy profundo, en ese terreno tan cinematográfico entre la realidad y lo ficticio.
Los elementos argumentales, también muy básicos, son unos días de retiro en una casa de campo de cuatro actrices y una directora para el ensayo de una obra de teatro, y que son en realidad los días de construcción de esta película, rodada con buen gusto y franqueza, sin el menor sobresalto o urticante en la trama y con la única y enorme pretensión de sacarse lo de dentro, decir lo que se piensa o hacer lo que se debe.
Las chicas están bien
- Dirección Itsaso Arana
- Reparto Bárbara Lennie, Irene Escolar, Itsaso Arana, Itziar Manero, Helena Ezquerro
- Guión Itsaso Arana
- Fotografía Sara Gallego
Algo tan estimulante en la vida, pero quizá exiguo de grandeza o interés en las magruras del cine. Todas están bien, es cierto, Bárbara Lennie, Irene Escolar, Itziar Manero, Helena Ezquerro y la propia Itsaso Arana, interpretan con soltura esa confusión entre personaje y actriz, e incluso tienen algunos momentos logrados de entrega sentimental, sus voces a la madre muerta, al amor lejano, al hijo que va a nacer… Es un cine valioso por lo que tiene de mujer a mujer, de elegante postura, de naranja demediada, de mirada desde lo alto. Y habrá quien lo aprecie en lo que vale.
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