En busca de la nueva generación de estrellas de Hollywood
Las figuras como Alain Delon se apagan, pero la meca del cine no deja de sacar nuevos talentos
Muere el actor Alain Delon, el más bello icono del cine francés
Zendaya y Timothée Chalamet
En el año 2003, moría Katharine Hepburn y ABC titulaba: «Adiós a la última gran dama de Hollywood». En 2016 despedíamos a Zsa Zsa Gabor como «la última reina del glamur dorado de Hollywood». Olivia de Havilland falleció en 2020 bajo ... el titular de «la última estrella del Hollywood dorado», mismo año que Kirk Douglas, «esencia» del Hollywood clásico. La prensa lleva décadas tratando de enterrar el brillo de aquel 'star system' perdido, un esplendor de actores y actrices cuya grandeza quizá solo sobrevive en el poso de la melancolía, del tiempo no vivido, del ayer que siempre fue mejor. Siempre ha sido así: en 1960, cuando Clark Gable murió a los 59 años, 'Los Ángeles Times' lamentaba la muerte del «indiscutible rey del cine». Pero el cine debe ser republicano porque cada generación, cada década e incluso cada temporada ha sabido conformar su universo propio de estrellas, y todas ellas comparten la misma capacidad de deslumbrar y epatar a sus 'coetáneos'. Hollywood, queda claro, no es una fábrica de películas, es una fábrica de dioses.
Y sí, hubo una época en blanco y negro donde Hollywood vendía lo inalcanzable, lo misterioso; dioses etéreos que solo parecían existir en la pantalla y a los que solo podías adorar en un templo lleno de butacas y olor a palomitas. Pero la industria cambió: los dioses se volvieron humanos. Los estudios y los directivos de marketing decidieron en los años 80 que lo que vendía era crear figuras que se parecieran a nosotros, simples mortales. Héroes, sí, pero accesibles y cercanos, e interpretaban papeles en los que cualquiera podía reconocerse. Guapos y guapas a rabiar, eso sí, pero sin el halo sagrado de la generación anterior.
Un Hollywood dorado que a finales de los 80 y primeros 90 ya era pasado: Cary Grant apenas era un recuerdo; Bette Davis, un fantasma; Ava Gardner, un símbolo del pasado... Y así con figurones como Lauren Bacall, John Wayne, Audrey Hepburn... Su antorcha, el testigo que seguía guiando a los espectadores ante la gran pantalla, lo recogieron intérpretes que hoy todavía se mantienen como los últimos baluartes, nombres como Clint Eastwood, Meryl Streep, Julie Andrews, Robert De Niro, Dustin Hoffman, Harrison Ford, Al Pacino, Diane Keaton, Silvestre Stallone, Jack Nicholson, Richard Gere, Sophia Loren... Todos ellos han cumplido hoy más de 70 años, y varios de ellos han llegado en activo hasta las 90 primaveras. Muchos de aquella generación ya desaparecieron.
La madurez
Los herederos de estas viejas glorias que siguen con las botas puestas son los mismos que comenzaban a triunfar en los años 90, aquellos cuyos rostros y cuerpos ocuparon las paredes de los adolescentes de la época en forma de pósteres. Brad Pitt, Leonardo DiCaprio, George Clooney, Will Smith, Matt Damon, Keanu Reeves, Robert Downey Jr., Jennifer Aniston, Juliane Moore... Todos han cumplido los 50 y se acercan a los 70 todavía en el trono, los «boomers» del cine. Son más, por ahí están también Susan Sarandon, Charlize Theron, Robin Wright, Jane Fonda, Penélope Cruz, Monica Bellucci, Johnny Depp, Cate Blanchett, Julia Roberts, Nicole Kidman, Salma Hayek, Sandra Bullock, Adam Sandler, Tom Cruise, Denzel Washington, Hugh Jackman, Meg Ryan, Demi Moore, Javier Bardem, Antonio Banderas, Robert De Niro, Joaquin Phoenix...
El boom de las redes
Y llegaron los años 2000, el boom de internet y con ellos la explosión de los actores y actrices 'milenial': Scarlett Johansson, Emma Stone, Margot Robbie, Emma Watson, Chris Hersmsworth, Tom Hardy, Jessica Chastain, Reese Witherspoon, Charlize Teron, Adam Driver, Kate Winslet, Natalie Portman, Ryan Gosling, Ryan Reynolds, Dwayne Johnson, Vin Diesel, DiCaprio, Ben Affleck, Hugh Jackman, Halle Berry, Eva Green... Todos han pasado de los 35 y otros bordean los 50, pero todavía siguen recibiendo los mejores papeles, son las estrellas del momento pero que ven cómo cada vez más una nueva generación los desplaza. Están aquí, son los Z, y el futuro es suyo.
Un futuro que comenzo ayer. En los 2010, con las redes sociales como medida de todas las cosas. El cambio fue salvaje. No es que los dioses de Hollywood dejaran de vivir en un mundo etéreo, es que empezaron a contar a los chavales de su generación lo que hacían, cómo vivían. El misterio desaparecía y los 'Z' se enamoraban de Timothée Chalamet en chándal saliendo del gimnasio, de Zendaya con un vaso de Starbucks un domingo cualquiera o de Jacob Elordi viendo un partido con sus colegas. Y eso, los 'boomers' no lo entienden, los 'milenial' disimulan y hacen como que sí, pero en realidad no y los abuelos ni entienden ni quieren entender porque jamás quisieron ver a un dios salir del supermercado; porque Audrey Hepburn, «su» Hepburn, solo existe paseando por la Quinta Avenida vestida de Chanel y mirando tiendas de diamantes.
Murió Alain Delon, desapareció Marilyn Monroe, Elizabeth Taylor, Grace Kelly... Y tantos dioses de un Hollywood que es hoy tan dorado como lo fue por entonces. Porque Hollywood decide cuál es el modelo de belleza, que jamás fue objetiva sino cultural. Y pasamos de la tosquedad de Brad Pitt a la masculinidad deconstruida de Timothée Chalamet. De la exuberancia de Marilyn a la liviandad de Zendaya. Pero dentro de un siglo, cuando Hollywood siga disimulando haciendo como que produce películas, los dioses de sus factorías nos seguirán diciendo cómo besar, cómo amar, cómo pelear.