El universo vacío del cine italiano
Diez años después de la muerte de Federico Fellini, el panorama es tal y como se preveía: un enorme y desolador vacío en el cine italiano. ¡El cine italiano!...Rossellini, De Sica, Mastroianni, Antonioni, Gassman, Visconti, Pasolini, Fellini... El cine italiano era, durante décadas, el cine. Ahora, el cine italiano no es más que un recuerdo, un rescoldo, una nota nostálgica, un eco que se oye tan sólo en el nombre y la personalidad de un par de cineastas, Nanni Moreti y, acaso, Gianni Amelio.
Federico Fellini es para muchos de los de aquí el cine italiano, pero, en la miope norteamérica, Fellini era junto a Bergman el cine europeo. Da igual: Fellini es al cine lo que las burbujas al agua. Te pueden no gustar sus películas, como te puede no gustar el agua con gas, pero es imposible no darle importancia, no verlas. Fellini tiene eso tan difícil de tener que se llama estilo, o universo: uno entra al cine, la película ha empezado, ve la escena y dice: «eso es de Fellini». Ni él se parece a nadie, ni nadie se parece a él.
Personalmente, y aunque me cuelguen por ello, prefiero al último Fellini que al primero. Prefiero al Fellini viejo, al caduco, a ése sin apenas pretensiones que rinde homenaje a Fred Astaire y a Mastroianni, y tal vez a Giulietta Massina; al nostálgico que nos cuenta sus recuerdos en «Amarcord» y sus anhelos en «E la nave va»; al desvencijado de «Casanova»..., al luminosamente romántico y loco de «La voce della luna»... Diez años después, tal y como se preveía, nadie notará el vacío de Fellini, él por los siglos de los siglos, pero sí, en cambio, se nota y mucho el vacío del cine italiano.
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