Dignidad contra sociedad
«En busca de la felicidad»| ((( | EE.UU. | 2006 | 116 minutos | Género-Drama | Director-Gabriele Muccino | Actores_Will Smith, Thandie Newton, Jaden Smith, Dan Castellaneta |JOSÉ MANUEL CUÉLLARMal
«En busca de la felicidad»
| ((( | EE.UU. | 2006 | 116 minutos | Género-Drama | Director-Gabriele Muccino | Actores_Will Smith, Thandie Newton, Jaden Smith, Dan Castellaneta |
JOSÉ MANUEL CUÉLLAR
Mal vamos, muy mal, si un pobre hombre tiene que meter la cabeza en la podredumbre -y hacérsela meter a su hijo- para sacar un kilo de habichuelas. Eso es lo que nos ha querido decir Gabriele Muccino en esta cinta. Lo hace de la mano del mejor Will Smith desde que recorrió el largo camino desde Bel Air hasta Wall Street, horadando en la travesía unos cuantos robots y maquinaria diversa. Y es cierto. ¿Hasta qué punto de aborregamiento se ha llegado en la sociedad actual si tenemos que ver como algo excepcional la búsqueda de un simple trabajo? Es una aventura en sí, una refriega a tiros, una andadura por la selva y una pelea de samurais, todo en uno.
El trabajo de Muccino, que amenazaba tener que llevar la sábana y la mantelería entera al cine, no hinca el puñal en el conducto lagrimal gracias a su tono natural y cotidiano, lo que hace el relato aún más terrible. Que un tipo tenga que recurrir a su dignidad y entereza para lograr lo que es un derecho en sí habla mucho del individuo y muy poco de la sociedad actual, que es una bazofia digna de ser triturada con los kalashanikov por delante.
De cualquier forma, sí que hay momentos realmente tremendos en la cinta, en especial la escena del baño en el metro que atenta a las más elementales normas de supervivencia y eleva tanto el tono interpretativo de Smith (nominado de nuevo al Oscar, aunque se va a quedar con un palmo de narices) como rebaja la catadura moral del mundo en que vivimos.
En esa crítica social, terrible y descarnada, es donde se centra el valor de la película que, por otro lado, busca su validez en que estamos hablando de un hecho real. El valor de un hombre hecho a sí mismo. Pero el problema no es ese, el problema es que se traza el boceto de un, a la postre, triunfador, pero se obvia lo que queda detrás, los que se quedaron en el camino (la mayoría), el lodazal que hay debajo y, en suma, la mierda en la que se ha convertido este mundo.
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