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ABC Cultural

Los inmortales clásicos de Hollywood de 1952

Se cumplen sesenta años del estreno de algunas de las mejores obras maestras de la historia del cine

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estefanía magro

Hace seis décadas se produjo uno de los mejores años en la historia del cine. Grandes directores como John Ford, Charles Chaplin, Otto Preminger, Fred Zinnemann, Elia Kazan, Howard Hawks o Vicente Minelli dieron a luz, en 1952 , algunas de sus mejores obras. Tanto estos cineastas como las estrellas que protagonizaron estas películas –que pertenecen a la edad dorada de Hollywood – han alcanzado la inmortalidad en nuestro recuerdo. Pincha aquí para ver la galería .

El cine de los años 50 está rodeado de circunstancias. La sociedad estadounidense vivía la posguerra de la reciente Segunda Guerra Mundial y el televisor se implantó con fuerza en los hogares acabando con la hegemonía de la industria cinematográfica en el entretenimiento. Esto conllevó una fuerte reducción de la asistencia del público a las salas de cine. La gran pantalla seguía ofrenciendo mejores cualidades que el pequeño televisor, como la proyección de imágenes a gran tamaño y en color, que en esos momentos se estaba extendiendo.

Los géneros que se impusieron en 1952 fueron el western, la comedia, el cine negro, los musicales y el biográfico.

Repasamos ocho grandes clásicos:

«Cantando bajo la lluvia»

El sonido movilizó al cine, y gracias a él, en los años 30 y 40, empezaron a florecer las películas musicales en Hollywood. «Cantando bajo la lluvia» de Stanley Donen y Gene Kelly fue el largometraje más taquillero durante el mes de su estreno (abril) y la décima de su año, 1952. Su productor Arthur Freed tenía en la cabeza el título de la película, incluso antes de rodarla. Para dar razón al nombre del largometraje incluyó en el guión la escena más famosa y pegadiza; cuando Gene Kelly no sube al taxi y decide caminar mientras canta y baila animado con su paraguas.

I'm singing in the rain, Just singin' in the rain... La sencillez de la letra hizo que todos, alguna vez, cuando estuvimos contentos, la cantáramos. Pero Kelly cuando rodó la escena, a pesar del brillo de sus ojos y de la gran y constante sonrisa, en realidad, tenía 39 ºC. Aunque sus pies bailaban claqué con fuerza, dos bailarinas tuvieron que reforzar el sonido y el ritmo del actor con el movimiento de sus zapatos. La escena no se grabó en una sola toma como el mito dice, sino que tuvieron que utilizar tres días para concluirla. Otra de las anécdotas, es que en el rodaje se utilizó leche mezclada con agua para la gran lluvia.

La escena de baile entre Gene Kelly y Cyd Chariesse es de lo más sensual; los movimientos con las piernas y la cadera de la bailarina y actriz estadounidense fueron considerados de alto contenido erótico para la época. Incluso se recortaron algunos segundos de baile. En este número musical «Broadway melody» surgieron otros inconvenientes, como la diferencia de estatura entre ellos, pero fue disimulado, aunque se aprecia en algunos momentos.

«El hombre tranquilo»

El director estadounidense John Ford consiguió los derechos de esta historia por tan sólo 10 dólares; pero tuvo que aceptar varios condicionantes de la pequeña productora que iba a financiar su película, la Republic Pictures , caracterizada por producir películas de serie B. Ford acató que el rodaje fuera en Irlanda, que en el reparto estuviera John Wayne y Maureen O´Hara y que la película no durase más de dos horas.

El famoso director consiguió las dos primeras órdenes, pero no la última, ya que hizo un largometraje de dos horas y quince minutos. Cuando presentó la obra, interrumpió la proyección justo a las dos horas, coincidiendo con el momento más culminante. De esta manera, Ford consiguió su propósito, no recortar ni un sólo minuto de su obra.

Para que la escena de lucha entre John Wayne y Victor McLaglen fuera más realista, John Ford estableció un pique entre ambos diciéndoles que el uno no hablaba bien del otro, y viceversa. La ficción superó la realidad. Cuando se rodó la pelea, McLaglen acabó con una pequeña conmoción y Wayne con dos fracturas en las costillas.

La película ganó dos Oscar al mejor director y fotografía. Lo sorprendente es que Ford –gran maestro del cine western– sólo ganase las estatuillas más preciadas de Hollywood con películas que se alejan de los tiros y los vaqueros como «El delator» (1935), «Qué verde era mi valle» (1940), «Las uvas de la ira» (1940) y «El hombre tranquilo» .

La pareja de protagonistas Wayne y O´Hara funcionaba tan bien que rodaron hasta seis películas juntos; la primera, «Río Grande» en 1950.

«Candilejas»

Charles Chaplin es, hasta la actualidad, una de las figuras más representativas del cine mudo y del humorismo. «Candilejas» es su última película producida en Estados Unidos, y la más personal de su filmografía. Es su adiós, la despedida, junto con Buster Keaton , del cine mudo.

Es su obra menos conocida debido a la censura que se impuso en EE.UU. con el macarthismo .

Chaplin sólo consiguió tres Oscar a lo largo de su carrera; dos de éstos los recibió durante su exilio. La primera estatuilla la consiguió en 1929, un año después de producir «El Circo» ; la segunda, su Oscar Honorífico en 1972, cuando llevaba 20 años exiliado –no sólo consiguió el galardón, también la ovación más larga de la historia de los Oscar , el público aplaudió durante cinco minutos, mientras que Chaplin lo agradecía entre lágrimas– y la tercera, en 1973, por la banda sonora de «Candilejas», película que estuvo censurada en EE.UU. hasta 1972, cuando empezó a proyectarse.

Charles Chaplin abandonó el país –emigró a Londres– cuando América se hundía en la histeria anticomunista con la caza de brujas del senador estadounidense Joseph McCarthy . Quienes simpatizaban con las ideas sociales liberales y eran críticos con las estructuras de pensamiento capitalista iban a parar a la lista negra .

«Cara de ángel»

Esta magistral obra del cine negro del director estadounidense de origen judeo-austríaco Otto Preminger fue rodada en tan sólo diecinueve días por el encargo del productor de la RKO, Howard Hughes . La fama de exigente que tenía el cineasta con las estrellas de Hollywood se confirmó durante este rodaje; cuando Robert Mitchum tuvo que abofetear a Jean Simmons . Como Preminger no estaba satisfecho con la escena, obligó repetirla una y otra vez, hasta que utilizase la suficiente fuerza para llorar de dolor.

Se dice que Mitchum cansado de la toma, d io una bofetada a Otto Preminger , y después le gritó: «¿Así está bien?». El director, hecho una furia, pidió al magnate Hughes despedirlo, pero éste rechazó su idea. Mitchum, en esa época, tenía gran poder en RKO, ya que había filmado unas cuantas obras maestras para esta productora.

«Solo ante el peligro»

Este western de Fred Zinnemann va más allá del argumento. El guionista Carl Foreman afirmó en una carta que esta película era una metáfora de la «agresión que sufría occidente», y un guiño a las Naciones Unidas.

La producción de «Solo ante el peligro» se topó con la segunda oleada anticomunista de los Estados Unidos –la «Red Scare»– y con la guerra de Corea. Ambos hechos salpicaron al equipo. Cuando el guionista y productor, Carl Foreman , estaba escribiendo la historia, el Comité Parlamentario sobre Actividades Antiamericanas le citó para interrogarlo. Cuando Foreman fue a declarar, se sintió solo; aún así, no les proporcionó ningún nombre. Foreman consideró que la película que estaba realizando en ese momento iba a ser una alegoría de la Caza de Brujas . El guionista se marchó de los EE.UU. a Inglaterra, incluso antes de que su obra se proyectase en las salas de cine.

Zinneman utiliza como recurso en la grabación «el tiempo real»; la trama se narra al mismo tiempo que se produce en la ficción. La película fue muy criticada –tanto por el público como por directores y actores– por no tener los ingredientes «esenciales» del western : la violencia y la acción. Tan sólo en los últimos minutos de la película pueden escucharse tiros.

El actor John Wayne («El hombre tranquilo») criticó la obra de Zinneman porque consideró que era «lo más antiamericano que había visto en su vida». Por otro lado, el director Howard Hawks hizo «Río Bravo» (1959) con John Wayne como protagonista, como respuesta a «Solo ante el peligro», ya que, para Hawks, un buen sheriff nunca pediría ayuda.

«Solo ante el peligro» fue el segundo papel que hizo la actriz Grace Kelly . El rodaje entre las dos mujeres que aparecen en la obra de Zinneman no fue nada fácil. Grace Kelly no soportaba la mirada de la actriz mexicana Katy Jurado, porque la hacía tartamudear. Tan nerviosa la ponía que las intervenciones de ambas las tuvieron que rodar de forma separada.

«Cautivos del mal»

Los malos de las películas suelen ser los personajes más atractivos y los que más pasiones despiertan. Algunos de los valientes del séptimo arte que despertaron magnetismo y aportaron carisma en sus interpretaciones fueron Bette Davis , Barbara Stanwyck o Kirk Douglas .

Douglas encarna el mal en esta obra de Vicente Minelli con su mirada de acero . Una película del género llamado «cine dentro del cine» en la que se disecciona la crueldad de la producción cinematográfica de Hollywood. Dos años antes, lo hizo Billy Wilder con una de sus obras maestras: «El crepúsculo de los dioses» .

Kirk Douglas fue la única nominación –a mejor actor– de «Cautivos del mal» que no recogió el Oscar, ya que fue derrotado por el Gary Cooper de «Solo ante el peligro». La Academia de Hollywood ha demostrado en varias ocasiones el desprecio por el trabajo de Douglas, ya que fue nominado en tres ocasiones, sin conseguir la preciada estatuilla. En 1996, fue galardonado con un Oscar Honorífico por sus 50 años dedicados a la industria del cine.

«Río de sangre»

Howard Hawks dirige este western , que para muchos críticos no es una de las mejores obras del cineasta. En esta película, Hawks retrata la época de los pioneros que llegaron al Oeste de los Estados Unidos.

Aunque al protagonista lo encarna Kirk Douglas , en un primer momento lo iba a interpretar John Wayne , pero éste rechazó su papel por una escena que no le parecía, ni mucho menos, divertida: la secuencia de la amputación del dedo. Pero después de proyectar el film, a Wayne le gustó tanto el resultado que le dijo a Hawks: «Si te parece divertido un funeral, rodaría contigo, incluso, un funeral».

«¡Viva zapata!»

Marlon Brando vuelve a trabajar con Elia Kazan en esta película , tras el éxito de «Un tranvía llamado deseo» (1951). Kazan, en esta obra, con John Steinbeck como guionista, retrata el México rural de principios del siglo XIX y consigue analizar el lado más humano, heroico y revolucionario de Emiliano Zapata , protagonizado por Brando.

En ese año, 1952, Kazan delató –ante el comité que llevaba a cabo la caza de brujas – a ocho compañeros que habían estado afiliados, junto con él, a mediados de la década de los 30, al Partido Comunista.

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