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ABC Cultural

«Cerdos salvajes»: Nostalgia de aires perdidos**

| ** | EE.UU. | 2007 | 99 minutos | Género-Comedia | Director-Walt Becker | Actores-John Travolta, Tim Allen, Martin Lawrence, Willam H. Macy |El sueño que todos tenemos y que nunca realizamos. Más

| ** | EE.UU. | 2007 | 99 minutos | Género-Comedia | Director-Walt Becker | Actores-John Travolta, Tim Allen, Martin Lawrence, Willam H. Macy |

El sueño que todos tenemos y que nunca realizamos. Más que un homenaje a «Easy Rider», la película de Becker es una rememoración del tiempo perdido, aires de nostalgia que no volverán. Moteros convertidos en ejecutivos agresivos lo mismo que amigos futboleros se fueron separando en busca del futuro de cada cual y luego ya no se volvió a saber.

Todo el trabajo de Becker gira en torno a lo que éramos y ya no somos, una caricatura de nosotros mismos, mucho más cuando se intenta volver a ser lo que era sin poder. Ese es el problema de la película, que los norteamericanos, como suelen hacer en sus amagos de comedia, la rodean de dosis de dignidad y hombría que andan muy lejos de la realidad cotidiana. Por debajo de la fachada de pobres hombres ridiculizados hasta el máximo, Hollywood nos quiere pintar unos personajes que se levantan en pos de su pasada altanería, pero se les ve en exceso la pintura peliculera que les han pasado desde las altas instancias de la producción, en los despachos de amasar dinero.

En el haber las interpretaciones con un, de nuevo, extraordinario Ray Liotta y el siempre versátil William H. Macy, grandísimo secundario allí donde se le reclame. Y también se puede meter en el activo el justo reclamo que tiene el hombre de parar en un momento determinado, de decir basta, aunque sea por un breve periodo de tiempo, al trabajo de quince horas, a los chequeos médicos, al estrés, a la mujer, a la amante, a los niños (pesadísimos), a las prisas y a la locura en que se ha convertido la vida moderna. En ese aspecto, la película destila toneladas de envidia hacia esos cuatros amigos que intentan echar hacia atrás la máquina del tiempo.

Una vez plasmada la idea, la puesta en práctica falla por mor de un guión excesivamente cliché, patoso en algunos extremos y demasiado simplón en casi todos sus supuestos pliegues. Incluido el final, muy a lo Rocky Balboa, la comedia discurre por senderos muy planos, correctos y entretenidos, pero excesivamente americanos para el entendimiento europeo. En suma, la clásica buena idea sobre el papel venida a menos por las manazas de los de arriba, que seguro que querían hacerse una piscina aún más grande. Es que son...

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