la huella sonora
La tradición según Tangana
Que es un tipo brillante es algo que ya intuíamos. No hay duda de que detrás de esa cara y esa estética de trapero hay una cabeza bien armada
La vida cañón
Escucho a C. Tangana: «Yo creo que la expresión cultural, lo que el ser humano deja cuando pasa por el mundo y que no son desechos orgánicos, es decir, todas esas cosas que pertenecen a cómo nos comunicamos y a nuestra cultura, no son particularmente ... de una persona. Son y se convierten en algo cuando forman parte de algo más grande que la persona que los ha inventado porque, en realidad, es obra de mucha más gente. Hay que poner en cuestión la autoría, lo que estoy escribiendo hoy, que como voy a estar muy inspirado y me voy a tomar un vino y voy a hacer una coplilla, ya creo que es mi creación. Obviamente no lo es. Han tenido que pasar un montón de humanos antes que yo para que yo entienda el octosílabo y rime el segundo con el cuarto. Todo lo que me ha pasado a mí en la vida depende de otras personas. Yo de adolescente no aceptaba esto. Yo quería irme a mi casa a escribir lo que yo escribía y decir: 'Esto lo he escrito yo'. Y que todo el mundo lo reconociese. Pero hay algo mucho más grande en lo que estamos haciendo y es aceptar que tu autoría se diluya en algo mayor y en algo mejor. Este es mi mejor hallazgo».
Que C. Tangana es un tipo brillante es algo que ya intuíamos. Desde hoy queda claro. No hay duda de que detrás de esa cara que tiene, como de Lorca con resaca y de esa estética de trapero en clase de filosofía, hay una cabeza bien armada y muy trabajada. Yo estuve a punto de decírselo cuando me lo encontré en los pasillos del Palacio de los Deportes en el concierto de Calamaro, pero el tipo iba rodeado de gente, caminando medio metro por encima del suelo y, por lo que sea, no me pareció el mejor momento. Unos minutos después le vi cantar 'Hong Kong', puso Madrid bocabajo y dejó claro que había nuevo 'sheriff' en la ciudad. Pero volviendo a esas declaraciones, quiero destacar lo revelador que es que su discurso no contraponga 'tradición' a 'modernidad' sino a 'soberbia'. Diluirse en tu propia cultura supone abandonar el concepto de autoría, el narcisismo egocéntrico y el delirio del fantasma. Pero, sobre todo, implica renunciar a la arrogancia, a la estupidez y a la egolatría para abandonarse en un agradecimiento universal, en un homenaje a tu sangre y en una humildad franciscana que, sin duda, es la antítesis del rapero que va tirando billetes y convenciéndonos a todos que 'ego sum lux mundi'.
Diluirse en tu propia cultura supone abandonar el concepto de autoría, el narcisismo egocéntrico y el delirio del fantasma
Nadie encarna mejor que él la tradición bien entendida, que es lo opuesto al tradicionalismo, al inmovilismo reaccionario y a la Cultura como espacio para la guerra. Como dice el Papa Francisco, «la tradición es la fe viva de los muertos; el tradicionalismo es la fe muerta de los vivos». C. Tangana bebe de toda la Cultura y entrega su obra a toda la Cultura, encarnando la vieja aspiración de la desaparición como estadio máximo del artista y del escapista. Su manera de entender la tradición es un trampolín, no una cárcel. Y su manera de entender el sentido de la obra es desvanecerse en la carrera de relevos. En la misma línea, Monseñor Argüello: «Estamos llamados a ser fieles en la novedad del tiempo: la tradición que acogemos y entregamos no puede estar muerta. Amamos la tradición, pero esa tradición debe fecundar en esta época, no en el siglo XVIII».
La herencia de la cultura contemporánea es un artista que ha perdido su sombra. Como no asume la tradición, no hay vanguardia que se la contraponga y debe inventar su propio destino. Tangana asume la tradición y, al renunciar al destino, se convierte en vanguardia. Y personalmente no se me ocurre una manera más inspirada de interpretar los tiempos que nos ha tocado vivir.
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