vivimos como suizos
¿Por qué tocas?
Por un lado, todo cambio de programación es censura; por otro, la derecha actúa igual que la izquierda
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Menos mal que a Lorca lo ha dañado un camión de la basura y no un facha. Tampoco un ayuntamiento facha. El ayuntamiento de Madrid, fascista o no, ha explicado que un camión de la basura rompió de manera accidental parte de la estatua del ... poeta que está en la plaza de Santa Ana desde 1984. Ha roto la placa en la que pone «Madrid a Federico García Lorca». Por sus partes, la periodista mexicana Lydia Cacho ha denunciado censura por parte del ayuntamiento de Toledo. Tenían programado para diciembre 'La infamia', una obra de teatro sobre su secuestro en México. Sobre la pederastia, la violencia contra las mujeres, la tortura, las desapariciones… Esas cosas sobre las que la derecha facha parece no querer que se hable. Como si fueran sus secretas aficiones.
Dice Cacho en un vídeo que no solo han suspendido, «también están censurando libros porque creen que afectan a las buenas costumbres». El ayuntamiento de Toledo lo gobiernan PP y Vox y, por supuesto, Cacho ha encontrado apoyo en los concejales del PSOE, que creen que hay 'cuestiones ideológicas' en el asunto. Y de fondo, lo de siempre, que no estaba presupuestado, que sí estaba. Anda que no teníamos aquí suficientes cebollinos como para importar.
Los tenemos también en los propios partidos. El otro día titulaba 'El País': «El PP vota contra los puntos violeta en las fiestas de Las Rozas» (PP), donde «no los ha habido nunca, ni los habrá este año». En Torrelodones (PP y Vox en coalición) se colocaron. Que si son vestigios podemitas, que si patatín, que si patatán. Al final, estos políticos del otro lado también dan la razón a Laclau y Mouffe, referencias de Errejón. Que la realidad se construye con discursos. Con símbolos. Que la realidad no tiene valores, que se le asignan por el lenguaje humano. O sea, poniendo o quitando puntos violetas, guardando o no minutos de silencio tras una pancarta, fulminando una concejalía de Igualdad, poniendo o quitando banderas. Haciendo el panoli. Más que de Laclau y Mouffe, soy de Amador Rivas: «Pero no toques, ¿por qué tocas?». Banderas, puntos, las narices…
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