Cómo ser un 'tipo logo' sanchista

Ha añadido estos días el Senado a su 'Manual de Imagen Institucional' un dibujito esquemático que representa el edificio que alberga la Cámara Alta. Es su nuevo logo, para utilizarlo además del Escudo de España con banda azul. La duda es si se necesitaba una insignia nueva porque el escudo de España es muy reconocible –éxito en publicidad– o poco reconocible. He consultado el manual y éste explica que el nuevo emblema busca «adaptarse al ámbito digital y a los formatos audiovisuales». Como si no existieran las impresoras y los escáneres o un ebanista tuviera que cincelar el escudo para que aparezca en Tik Tok.

Pero a día de hoy cualquier experto en publicidad le dirá que el logo cuanto más simple, mejor. Y las instituciones, como las personas, tienen que adaptarse a los nuevos tiempos. Sánchez también ha buscado el logo fácil. Dice que ha montado un Consejo de Ministros de «alto perfil político». Nada más verlos, sabemos a quién representan sus ministros. Son las personas logo o los 'logo tipos'. Fíjense en el nuevo ministro de Transportes, quien dio el salto nacional sustituyendo a su jefe en el debate con Feijóo. Óscar Puente fue el 'logo tipo' o 'tipo logo' de Pedro Sánchez ese día, aunque su representación fuera más de trazo grueso que de línea fina.

Para que un logo funcione y cumpla su misión se dan una serie de instrucciones: colores exactos, medidas... Pero es muy difícil controlarlo todo cuando las apariciones del logo son muchas y en muchos formatos. Con los ministros, igual. Su manual de imagen les obliga, por ejemplo, a mantener en secreto lo que se habla en el Consejo de Ministros. Pero luego están esas representaciones en directo tan imprevisibles.

A Óscar Puente se le ha escapado en TVE que la amnistía «probablemente» no se hubiera aceptado si Sánchez no la necesitara para su investidura. Parece un error, un ataque de sinceridad, pero el vallisoletano, como 'logo' 'tipo' de Sánchez, estaba haciendo su trabajo: reproduciendo a la perfección el producto de la casa. El puro interés es la cualidad que mejor lo define. Como con el logo de Nike, reconocemos las políticas sanchistas no por lo que quieren evocar, sino porque llevamos años conviviendo con los productos de su factoría.