COMPLEMENTO CIRCUNSTANCIAL
Tierra firme
Lo extraordinario es que un presidente del Gobierno en activo nos castigue con su propia hagiografía, y lo haga sin el más mínimo sonrojo
HUBO un tiempo en que los políticos querían ser escritores. Es más, la mayoría de ellos entraban en política para hacerse un nombre en el parnaso literario; solo hay que repasar el siglo XIX y principios del XX para comprobar que muchos de los nombres ... destacados de nuestra literatura compartieron encendidos debates en el congreso de los diputados, algo que en –en menor medida- también se ha venido dando en la literatura más contemporánea. No es raro, por tanto, que un presidente del Gobierno se rinda al olor de la tinta y que hasta publique un libro, o más. Ahí están Adolfo Suárez, Felipe González, José María Aznar o Mariano Rajoy que, tras su paso por la Moncloa dejaron testimonio escrito –mejor o peor escrito- de sus años de Gobierno.
Lo extraordinario –por poco común, entiéndame- es que un presidente del Gobierno en activo nos castigue, no una, sino dos veces, con su propia hagiografía, y lo haga sin el más mínimo sonrojo. Pedro Sánchez, ya lo sabe, lo ha vuelto a hacer. Si en 2019 salía a la luz su 'Manual de Resistencia' que lo convertiría en el primer presidente español que publicaba un libro durante el ejercicio de su cargo en el Gobierno, esta tarde se presenta en Madrid 'Tierra firme', una especie de ejercicios espirituales en los que repasa sus grandes hazañas en la última legislatura y en los que –dice- se baja del pedestal para mostrarse –dice- como una persona normal: «un día perfecto consiste en levantarme tarde, hacer algo de ejercicio y comer con mi familia una paella, una fabada, un salmorejo…», algo que, como usted comprenderá, nos interesa bien poco al común de los mortales. Como tampoco nos interesa «su pequeño ritual familiar», ese en el que envía a diario a sus hijas un WhatsApp mañanero con «una noticia de ciencia o de cultura, una canción que he escuchado», aunque me imagino las caras de las dos chiquillas recibiendo los mensajes paternos y me entra la risa.
El libro del presidente –que ha escrito la periodista Irene Lozano- se llama 'Tierra firme' pero se podría haber llamado 'La realidad y el deseo' parafraseando a nuestro Cernuda, porque es una crónica en primera persona de alguien que podría ser Pedro Sánchez –que quizás lo es- pero al que no reconocemos más que en la soberbia y en el egocentrismo desmedido que lo caracteriza, y en las sentencias al estilo Mr. Wonderful con las que se adorna el texto: «durante la campaña, la difamación se convirtió en sonrisa» dice Sánchez. Sería durante la campaña, claro.
Hoy, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, Jorge Javier Vázquez –sí, otro que vuelve - presentará el que, desde luego, no va a ser un bestseller estas navidades, y lo hará convencido de que su adorado Sánchez y él mismo están pisando firme. Los dos entienden mucho de esto, de lo importante que debe ser tener los pies en la tierra, tal vez porque los dos saben que son ídolos con pies de barro.
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