Hazte premium Hazte premium

Complemento circunstancial

El chacachá del tren

Más impuestos, para nosotros, más fiscalidad, para nosotros y siempre, siempre «un poco de azúcar»

Yolanda Vallejo

«Ya que no podemos cambiar de país, cambiemos de tema», escribió James Joyce en su 'Ulises', sin saber que la cita iba a convertirse en el motivo más recurrente del debate sobre el estado de la Nación que hoy mismo termina. Un visto y ... no visto, un nuevo artificio de Blacamán para hacernos creer, otra vez, en su particular «yes we can», sacando de la chistera su empatía –no lo digo yo, lo dijo él- sus plumas de ave fénix y toda una batería de medidas, no tanto para paliar la crisis como para garantizar su sillón hasta el final de la legislatura. Hay que reconocer que Sánchez es un experto en esto de presentarse como uno de los nuestros. Él, que sufrió los efectos más devastadores de la crisis económica, que vivió la pandemia tan asustado como usted, y que cada día se levanta pensando en el prójimo, se plantó ante el congreso como Scarlett O'Hara entre los nabos de Tara; fue tan inquietante su desesperado llamamiento a consumir menos calefacción, aire acondicionado y gasolina que casi le compro el «relato» de estos últimos tres días. Me duró poco, es cierto, porque cuando le escuché lo de los «profetas del desastre» y los «traficantes del miedo» me acordé de su vicepresidenta, eternamente Yolanda, y haciendo uso de mi inteligencia colectiva, recordé la advertencia de la ministra Calviño sobre lo que se nos viene encima; definitivamente, el enemigo siempre juega en casa.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación