OJO DE HALCÓN
San Telmo, tenemos un problema…
«En las listas, el que espera, desespera. Y no quiere explicaciones sino soluciones». «La confianza en el Gobierno andaluz no debería depender de las ruinas de la oposición»
![San Telmo, tenemos un problema…](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/opinion/2024/10/20/juanma-moreno-presidente-RFcuaXyhZLGGb893a693vgN-1200x840@diario_abc.jpg)
Las cosas se le complican al Gobierno de Juanma Moreno. Con datos objetivos. Hasta ahora, con una torpeza digna de mejor causa, la oposición y los sindicatos sanitarios y no sanitarios han tratado de desgastar al Gobierno andaluz con mareas blancas ideológicas. Y su nivel ... de éxito computa en fracasos. Pero al final parecen haber entendido que la realidad es mucho más eficaz que los eslóganes retóricos, por muy excitantes que les resulten esos mantras tipo «la derecha privatiza la sanidad pública»☼ o «la derecha convierte la sanidad pública en un negocio para sus amiguetes». Algunos parecen seguir creyendo que basta con pronunciar la palabra «derecha» para tener razón, como aquella letanía de la «derechona», sin comprender el cambio sociológico. Pero al final parece que sí han asimilado que es más potente decir «Andalucía está a la cola de España en listas de espera» o «aquí se tarda 169 días en operarse», que son casi seis meses. Ese sí es un mensaje que incomoda a San Telmo. El dato vence al relato.
El PSOE ha reorientado su discurso para repetir: «Andalucía tiene un problema de financiación, pero sobre todo tiene un problema de gestión». Saben que el PP siempre puede defenderse con la infrafinanciación que maltrata a Andalucía mientras los socialistas benefician además a una comunidad rica como Cataluña. Eso debilita mucho la posición del PSOE, que antepone no incomodar a Sánchez a incomodar a Moreno. Pero el mensaje de «Andalucía tiene un problema de financiación, pero sobre todo un problema de gestión» les rebaja la presión por ese lado, y pone el foco en los malos resultados. Las listas de espera son un agujero negro real. El SAS ya ha sido condenado en ocasiones, como este año en Sevilla por tardar dos años en diagnosticar un cáncer de pulmón.
Ahora las Mareas Blancas llevan a la Fiscalía la responsabilidad en las listas de espera sanitaria, cuestionando la legalidad de tener a 200.000 usuarios esperando 169 días para operarse. Sí, San Telmo puede responder que sus listas son reales, no manipuladas como con el PSOE, partido desde el que pueden dar pocas lecciones. Pero el 'y tú más' se agota. En las listas, el que espera, desespera. Y no quiere explicaciones sino soluciones. El ciudadano sabe que faltan médicos a los que poder contratar y que las operaciones han aumentado mucho, pero no le ahorra sufrimiento si está enfermo, o su madre, o su hijo. Probablemente en San Telmo saben que esto es así. Eso explica el relevo en Sanidad, con poco ruido, pero con un mensaje claro ante esta inercia.
Y tú más
El PSOE ha atacado esta semana con otro dato duro: la dependencia. Los andaluces son los que más tiempo esperan para resolver un expediente, más de seiscientos días. En esas listas, la espera también desespera. Más de año y medio, largamente. El fracaso del 2021 para corregir un modelo heredado ha traído el cambio de modelo para tratar de agilizar los tiempos, pero al menos hasta ahora no da resultados. Desde el servicio avalan, también en esto, el mensaje de «un problema de financiación pero también de gestión». Claro que la infrafinanciación es real. El Gobierno debería aportar el 50% y se queda muy lejos. En cambio, en el País Vasco, la dministración más rica, allí sí aporta el 50%. Esto traslada el debate, fácilmente, a la deslealtad del sanchismo con Andalucía. Pero los que esperan su expediente, no entienden de herencia recibida. Esperan una buena respuesta, no un buen argumento.
Pobreza
En una semana de aguafuertes de la realidad, otro dato: Andalucía tiene la tasa de pobreza más elevada de España. Está en el informe de Red Andaluza de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social, diez puntos por encima de la media, y se ha incrementado un año más el porcentaje en riesgo de pobreza. Uno de cada tres habitantes de la comunidad está en peligro de exclusión social. Es la tasa Arope (At Risk Of Poverty and/or Exclusion) que se expresa en tres niveles: el umbral de pobreza, que se corresponde al 60% de la mediana de la renta nacional por cada unidad de consumo; privación material severa (PMS), cuando los miembros de un hogar no pueden permitirse al menos cuatro de nueve referencias de consumo básico a nivel europeo (problemas para el pago de la vivienda, no poder afrontar gastos imprevistos de 650 euros, no tener la vivienda a la temperatura adecuada, no comer carne o pescado al menos cada dos días, automóvil, lavadora, teléfono, televisor y permitirse una semana de vacaciones); y baja intensidad de trabajo (BIT), que es la relación entre el número de meses trabajados por todos los miembros y el número total de meses que, en teoría, podrían trabajar. Las armas de guerra en las 3000 viviendas hace confundir lo esencial, que está en estos datos. Y el retrato de la realidad social andaluza aparece lleno de emergencias, al margen de las simpatías o animadversiones políticas. Es verdad que no es fácil voltear una inercia fuerte a lo largo del tiempo, pero no cabe otra.
PSOE a la gresca
De momento el Gobierno andaluz se beneficia de la situación del PSOE, que debilita su capacidad de oposición. Más allá de la 'herencia recibida', el presente del PSOE es débil, atrapado en el sanchismo pero también en sus tensiones internas. Espadas desprecia la existencia de un sector crítico con capacidad de plantearle una alternativa, pero unas palabras de Susana Díaz en una tertulia de TV han bastado para desatar los demonios en el partido. Eso retrata la situación real. Por demás, el pacto de Cataluña va a seguir pasando factura, a medida que se despliegue el chantaje del soberanismo, tanto de los socios de Esquerra como de Junts; y el precio del chantaje del nacionalismo vasco es una carga emocional pesada, como se ha visto con los beneficios para los etarras, a los que apoyan para rebajarse años de cárcel e ir en las listas sin arrepentimiento. Y patalear reclamando que no se mire atrás, mientras se aferran al aquelarre continuo de la guerra civil y el franquismo, parece poco eficaz. Es difícil, en fin, que el PSOE vaya a remontar a corto plazo, pero la confianza en el Gobierno andaluz no depende, o no debería depender, de las ruinas de la oposición sino de su gestión. Y es el momento de que no deje de llegar a San Telmo, como en aquella misión del Apolo XIII, la existencia real de los problemas.
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