Las cosas han cambiado, a peor
Dice el delegado del Gobierno que se está aplicando la mejor operatividad policial mientras se cuelan por los ríos las narcolanchas con alegría
Pongamos que mi amigo se llama Aurelio porque a diario viste el uniforme verde y como sus mandos intuyan mínimamente que habla de cosas del trabajo con esta plumilla, su futuro laboral se puede complicar muy mucho. Así que Aurelio, tú me vas a permitir ... que te rebautice sólo por estas líneas, para contarle a los lectores que la rabia te salía por las orejas al escuchar el otro día cómo el delegado del Gobierno en Andalucía o lo que es lo mismo, el portavoz oficial de las bondades de Moncloa, soltó aquello de que en materia de narcotráfico, aquí en el sur de España se estaba aplicando la mejor operatividad internacional contra el narcotráfico. Y eso, que es lo mismo que no decir nada, lo soltó coincidiendo con el aniversario del asesinato de dos guardias civiles en el puerto de Barbate. Unos funcionarios que murieron por la conducta asesina de unos traficantes; si bien, en el resultado final fue determinante que los mandaran a enfrentarse a una potente planeadora a pecho descubierto. Una decisión de la que no se va a responsabilizar nadie por los visto.
Lo de la operatividad internacional suena rimbombante pero claro los hechos son en muchas ocasiones muy inoportunos para quien pretende maquillar la realidad. Y una, que lleva unas cuantas décadas escribiendo, entrevistando, investigando y escuchando a los actores de esta película sin final, no entiende cómo es posible que siendo la élite mundial en la lucha contra el narco, se nos cuelen con pasmosa alegría las narcolanchas por el río Guadalquivir. Ojo, y no sólo por la vieja autopista de la droga sino también por otras rutas fluviales que parten de la misma costa andaluza que ya debería ser un muro impenetrable para los malos.
Mientras las palabras del delegado del Gobierno salían por su boca, antes de reconocer que se necesitan más medios especializados y una legislación acorde para combatir con eficacia a estas mafias, la Guardia Civil intervenía nada menos que casi 1.600 kilos de cocaína en la pequeña localidad onubense de Sanlúcar de Guadiana; un municipio fronterizo con Portugal y situado en una de las orillas del Guadiana por donde también esa operatividad policial tan top, no consigue frenar los cargamentos de cocaína, la droga que está enriqueciendo ahora a los grupos criminales. Hace un par de décadas, esas cantidades de cocaína se incautaban en grandes puertos como el de Algeciras. Ahora viajan en todoterrenos que salen de pueblos ribereños. Pero oigan, de logística policial vamos sobrados...
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