Suscríbete a
ABC Premium

Lagun

Hay días grandes, cuya luz se cuela por las rendijas de las ventanas inundando los cuartos, los largos y oscuros pasillos de la historia. Hoy es uno de esos días, cuando leo que María Teresa Castells e Ignacio Latierro han reabierto en San Sebastián -después del brutal atentado sufrido por José Ramón Recalde, esposo de María Teresa- la librería Lagun. Ni el tiro en la cara, ni el fuego demoledor, ni los cristales volatilizados en el alma rota han podido detener la libertad. Y esta libertad se hace más patente cuando uno se juega la vida, la integridad, la posibilidad de vivir cotidianamente con la seguridad de que nada puede rasgar la firmeza de las ideas.

Cuando se abre una librería se abre con ella un capítulo del porvenir del hombre, la oferta de penetrar en ella, recorrer la umbría de sus estantes, alcanzar un tomo escondido, solicitar un título que puede devolvernos la felicidad de la ficción, vivir lo que en la realidad es imposible, acometer empresas que la existencia real no puede proporcionarnos, inventar, en definitiva, la vida e inventarnos a nosotros mismos. El fulgor de una librería abierta se asemeja a una esquina lluviosa en una tarde de otoño, a la penumbra de la cueva remota de nuestros primeros orígenes, al espacio cóncavo y convocado de los sueños y las fronteras por conquistar. Ninguna sinrazón y ninguna ignominia pueden quemar el poder de los libros, sus horizontes ardiendo en la memoria, porque las cenizas de los libros perseveran y renacen de sí mismas para volver a crearse. No hay frontera, ni patria, ni ideología que consiga dominar la voz sonora y, al mismo tiempo, silenciosa de los libros; no hay espejismo, locura, violencia, dictadura o rabia que perpetre en el cuerpo huracanado de un libro que está a punto de abrirse, que trasvase las barreras de una tempestad cierta que es la que nos cuenta cada historia, cada poema, cada personaje solitario que recorre las páginas esperando encontrarse con la multitud de nuestra mirada.

Lagun es para nosotros sinónimo de una libertad sin opresiones y las personas que la regentan son el símbolo de la valentía frente a la barbarie y la dictadura de ETA. En San Sebastián, en estos días, se ha reinaugurado el milagro de esa libertad. Se estrena la magia y el prodigio de lo que es verdadero. Vendrán otras tardes de lluvias monótonas, acompasadas, librepensantes que empañarán los cristales de la librería Lagun, mientras en su interior alguien abre un libro y sueña.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación