PÁSALO
Cruces de Espadas
Culpar a Espadas de la debacle es cinismo de diplomacia africana
![Félix Machuca: Cruces de Espadas](https://s2.abcstatics.com/abc/sevilla/media/opinion/2022/06/23/s/felix-machuca-opinion-kzDH--1248x698@abc.jpg)
Este artículo no va a gustar mucho. Hay sans culotte tricotando con navajas cuentas pendientes con quien que aspiraba a San Telmo y se quedó colgado de la brocha y sin escaleras donde apoyarse. Pero el artículo lo veo más que justificado. Me pirro por ... las causas perdidas y, estas últimas elecciones, las del giro histórico en la comunidad andaluza, ha tenido un perdedor absoluto, donde empiezan a converger todos los demonios que sobrevuelan la cabeza de los señalados. Juan Espadas, ecce homo, las comenzó a perder cuando aceptó la propuesta de Madrid. Yo estimo que, por entonces, ya intuía que lo llevaban directamente al tostadero, a que se achicharrara en la parilla electoral como dicen que asaron a San Lorenzo. Sabía que se enfrentaba a un Moreno Bonilla que estaba encantado con la ayuda involuntaria que le daban Vox y el PSOE, satanizando tanto a Macarena Olona que la convirtieron en la Covid electoral, acojonando a tantísimos ciudadanos que vieron en Moreno la vacuna salvadora de tan profusa infección, el voto útil que le llaman. A los errores propios de tres décadas de hegemonía socialista en la comunidad, se le añadía una campaña made in Madrid absolutamente desenfocada, pensada más en salvar al soldado Sánchez que en ganar la partida andaluza.
Y Juan Espadas, ecce homo, aceptó con una disciplina militar el martirio. He visto en esa entrega a los leones la aureola del santoral de los devorados por un destino adverso, al que nunca renunciaron, dibujando un perfil tan trágico como el de un capitán saludando a la bandera y al himno del partido mientras la nave la engulle el océano. En ese sentido de la responsabilidad y de la lealtad casi masónica a una logia directiva desnortada, ha derrochado toda su grandeza personal y política. Un paná, como se dice por aquí. Las ayudas que le enviaban desde Madrid eran verdaderos caballos de Troya. Zapatero, Lastra (absoluto lastre antes y después del día de autos) y Sánchez acabaron incluso con Dos Hermanas, la Numancia socialista. Fueron las cruces de Espadas. Cada vez que bajaba un mesetario a ayudarlo, la gaviota montaba una fiesta de bienvenida y agotaba el agua de fuego de tanto brindar por una tropa digna de Pancho Villa. Lo que el PP le debe a Vox y al PSOE solo lo saben los intratables ganadores de este verano azul…
Sería de un cinismo de diplomacia africana culpar a Espadas de la debacle socialista. Algo que ya comienza a barruntarse por los despachos de Ferraz. Una víctima necesita un culpable. Y Espadas pasaba por allí. No importa nada en absoluto que el colectivo rosado lleve diez años perdiendo votos, un millón trescientos mil en Andalucía. Nadie se ha molestado en parar, mandar y reflexionar sobre las causas de la avería. Espadas no es el culpable de la debacle. Llevaba la mochila llena de gremlins propios y ajenos. Y lo lógico era que su derrota fuera la sonrisa de Susana Díaz y la algarabía de la calle San Fernando. Por cierto, no se es un aguafiestas por recordarle al Juanma Moreno, que las mayorías absolutas las carga el diablo y que tiene cuatro años para retener muchísimos votos nacidos del cabreo y el resentimiento, a su derecha e izquierda. Esos votos, como los chaqués que alquilamos en Ibáñez cuando hay evento social de cierto tono, hay que devolverlos. O gobernar tan decente y transversalmente como hasta ahora.
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