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Facturas falsas, viaje hacia lo desconocido

Durante meses se ha seguido, por un equipo de peritos judiciales, el rastro de las obras facturadas del distrito Macarena con el empresario José Pardo y su empresa COS.

El resultado es más bien difuso: de las ya famosas 28 facturas emitidas por el distrito Macarena, sólo doce dan fe de que los trabajos se han realizado.

El resto, un auténtico caos. De cuatro de ellas hay constancia de que no fueron ejecutadas: rampas de minusválidos que nunca existieron en la calle Venta de los Gatos, en la barriada de Las Golondrinas; trabajos de reparación de un supuesto muro que no existe en la trasera de la calle Perafán de Ribera o la colocación de un pivote de hierro del que no existe señal alguna en la calle Burgos, según el dictamen pericial.

Los trabajos correspondientes a otras cinco facturas se considera imposible de determinar si realmente se realizaron, ya que se refieren a tareas puntuales, como transporte de albero a zonas deportivas.

Paradójicamente, una de las facturas incluidas en este bloque fue el punto de origen del escándalo: la demolición del «chozo» de San Diego.

Los peritos consideran imposible de demostrar si lo demolió la empresa COS, aunque un vecino ya denunció en la prensa que él mismo derribó con sus manos la construcción.

Otro grupo de facturas, concretamente seis, corresponde a trabajos de los que hay indicios de haber sido realizados, aunque no en su totalidad. Así, aparece la colocación de pivotes de hierro -frente al edificio Maese Pérez se facturaron cuatro y se colocaron tres, por ejemplo-y trabajos en la solería de diversas calles, así como la instalación de juegos infantiles o realización de pasos de minusválidos.

En otras facturas se localizan errores o disfunciones de lo más variado. Así, por ejemplo, se detecta que los trabajos facturados en una obra de la calle Maracaibo -reposición de material eléctrico y transporte de porterías de balonmano- no se corresponde con lo que figura la hoja de intervención del distrito -que recoge reparaciones en el acerado-. El perito hace indicar que, de hecho, «en la calle Maracaibo no hay campo de deporte alguno». Otro grupo de cuatro facturas aparecen como duplicadas.

En definitiva, un notable descontrol que los imputados cuestionan, ya que aseguran haber detectado numerosos errores en el informe y anuncian que aportarán pruebas que lo certifiquen.

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