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Desayunos

Qué alegría te da ver que la mujer ocupa sillas de cargo y de placer sin tener que pedirle permiso al hombre

Una pareja desayuna en un velador ABC
Antonio García Barbeito

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Lo más cercano que recuerdas a un desayuno es la imagen de algún hombre que, en el casino, pedía un café y un cortadillo de cidra o una torta de Inés Rosales. A lo mejor se había levantado temprano y no tuvo tiempo de tomarse ... en su casa un poco de café con una rebanada tostada y un poco de aceite y azúcar. Es lo más parecido que recuerdas a los desayunos actuales. No sabes si algún viajante desayunó alguna vez en un bar de la tribu, si por cuestión de trabajo tuvo que pernoctar en alguna fonda, pero hoy miras el paisaje del desayuno en la calle y lo comparas con aquellos tiempos y parecen —son— dos mundos opuestos.

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