LA TRIBU
Uno der pueblo
Habría que ver lo que sería ese matrimonio, ahora, viendo a su niño dirigiendo una operación de la Nasa camino de Marte
Anda, que si viviera el Niño Pepe Lucía, su abuelo, lo que iba a presumir de nieto por bares y tertulias. Y anda que si viviera su abuela Rosario la Venta no iba a vestir con flores de piropos a su nieto la Calle de ... la Marisma y la Cruz de los siete puñales que se levanta al pie de la que fue casa del Niño Curra, en aquella plazoleta en la que Ramón el de la Fuente trenzaba eneas echando asientos de sillas. Y lo que digo por parte de madre, podría decirlo por parte de padre, que los Rodríguez no van a ser menos que los Manfredi en este resumen de talento, que a José el Parro, su padre, se le caen lagrimillas de gloria en cuanto se le nombra a su niño, un hijo que es único en todo, no sólo por ser la única cosecha del matrimonio de sus padres. Único. Su padre se emociona por muchas razones, por la del hijo que tiene, ese talento, y porque su madre ya no puede disfrutarlo como lo disfrutó, que hay que ver cuando me los encontraba y les hablaba de su hijo, que eran dos alegrías llorosas. Pero Rosario, su madre, murió, y José, en su soledad, recoge todas las alegrías él sólo, sí, y toda la tristeza de no poder compartirlo con su mujer, que habría que ver lo que sería ese matrimonio, ahora, viendo a su niño dirigiendo una operación de la Nasa camino de Marte. ¡De Marte! En los primeros años de la hermandad del Rocío local, del cajón del simpecado tiraban mulos del Niño Pepe Lucía… ¡El salto que ha pegado la sangre! Sesenta años más tarde, un nieto de aquel hombre lleva su simpecado a Marte. ¡Eso sí que es llegar alto, quillo…!
Lo iba diciendo un chaval que quizá no lo conozca: “Ener televisó ha salío uno der pueblo que dice que va a tirá un cojete por ahí lejo…” Sí, uno del pueblo; uno de los nuestros, pero no uno más, aunque más sencillez no le cabe. Uno del pueblo, de Aznalcázar: José Antonio Rodríguez Manfredi, un talento, un investigador que se codea con el universo como nosotros con los pueblos de alrededor. José Antonio, nacido en un pueblo con un término municipal enorme, cuarenta y cinco mil hectáreas, por ejemplo, seguro que desde que nació empezó a trazar campos amplísimos donde desarrollar su brillantísima inteligencia. Y ahí está, en la Nasa, dirigiendo operaciones de lanzamientos a Marte, que digo que también está tirando cohetes delante de una yunta de bueyes camino del Rocío. Talento doble le asiste, que por parte y parte tiene talentos en su sangre, aunque el Manfredi marque, empuje, influya más; que puedo nombrar a otro Manfredi, como ejemplos: Domingo Manfredi Cano, José Fuentes Manfredi y Manuel Manfredi Rodríguez. Uno der pueblo. Sí, pero vaya cómo es el muchacho… ¡Enhorabuena!
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