El Palmar
Lo único que le faltaba al Covid es una convocatoria de El Palmar de Troya anunciando que se aparecerá la Virgen
![Antonio García Barbeito: El Palmar](https://s2.abcstatics.com/abc/sevilla/media/opinion/2022/01/25/s/antonio-barbeito-opinion-kR4H--1248x698@abc.jpg)
Parece que acabaran de abrir un hueco en la cerca de piedra y tierra prensada que salvaba de la carretera la finca La Alcaparrosa. Y parece que en la parte interior de ese hueco por donde puede pasarse con facilidad, estuviera —siguiera estando— Clemente Domínguez, ... cuando hacía méritos para ir ascendiendo poco a poco —mejor, mucho a mucho— en aquel desorden que enloquecía alrededor de lo que quedaba de un lentisco donde tres niños dijeron que se les apareció la Virgen María y unos cuantos iluminados decían tener visiones celestiales en sus desmayos extáticos.
Parece que estuviésemos en 1969 y Manuel Alonso, peón de confianza de aquel primer papa palmariano al que apodaban La Voltio, se dedicara a tratar de convencer a todo el mundo de que el verdadero mensajero de la Virgen —¡y de todo el cielo!— era su amigo Clemente. Parece que estás viendo a Clemente arrodillado ante una fogata —hacía un enfermizo viento frío aquella noche de invierno en la loma de La Alcaparrosa—, con gabardina, con los brazos extendidos hacia delante, mientras algunas personas colgaban rosarios en sus dedos, en las muñecas, y Clemente balbucía algo ininteligible, hasta que cayó al suelo y habló bajito lo que tradujeron, a gritos, al instante: «¡La Virgen le ha dicho a Clemente que se aparecerá el próximo día 15 y curará a todos los enfermos que acudan aquí…!» Para que todo hubiese resultado berlanguianamente perfecto, los videntes, cuando todo el mundo veía que la Virgen no se aparecía, podrían haber dicho que «Nuestra Madre se encuentra indispuesta…»; pero no era así. Eran crueles, los llamados videntes: «La Virgen dice que no baja hasta nosotros porque no estamos preparados…» Parece que estás viendo —qué canallada— a cientos de enfermos en camilla, en silla de ruedas, con muletas, en parihuelas, tendidos en el suelo sobre unas mantas, y la Virgen, como otras veces, le decía a su portavoz celestial que no estábamos preparados. Medio siglo más tarde vuelves a leer una convocatoria palmariana: «Un gran milagro de la Virgen, que será vista sobre nuestra catedral…» Esta vez no dan fecha. Será por la pandemia, y no se fían. O la Virgen estará en mil asuntos y no tiene clara su agenda. Lo único que le faltaba al Covid que ha rematado en Ómicron es una convocatoria de El Palmar de Troya anunciando que se aparecerá la Virgen y obrará un milagro sobre la catedral. ¿Ha resucitado Clemente? ¿O acaso su portavoz Manuel Alonso? Vuelve a crecer aquel lentisco, y vuelve a resurgir la loma, y la cerca. Y la voz que mentía apariciones. Ahora, cuando anuncien la aparición y, como es costumbre de la Virgen, no aparezca, ¿van a decir otra vez que no estamos preparados? ¿O acaso esta vez dirán que la Virgen está con el Covid?
antoniogbarbeito@gmail.com
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