El jugador número 12

Esa afición sevillana que anima a la selección y que ha encumbrado a Luis Enrique a la categoría de mito, así como al chaval Gavi el Los Palacios, un ídolo ya en su debú como seleccionado, era hasta ahora conocida como «el jugador número 12». La denominación de origen de esta frase tiene la propiedad intelectual del gran José Antonio Blázquez, y tuvo su origen en la sección de Deportes de ABC de Sevilla. El inolvidable y genial Blázquez sabía como nadie lo que él llamaba «calentar taquilla» ante los partidos, que era animar a la afición en sus crónicas previas al encuentro que se fuera a celebrar en el estadio de Nervión, no tanto en el Benito Villamarín, por su confesa palanganez, que el Sevilla F.C. no olvida y ha instituido un premio periodístico con su nombre. En los años 60, ante un partido de España ante Irlanda en el Sánchez-Pizjuán, a Blázquez se le ocurrió aquello genial de que el público de Sevilla había de ser «el jugador número 12» para animar a la selección. Y el feliz hallazgo hizo tanta fortuna que se ha venido repitiendo durante más de cincuenta años. Aunque últimamente habrán ustedes quizá advertido que cada vez se utiliza menos. Se habla de «la afición de Sevilla» y se elogia su identificación con la selección, pero cuando ha jugado contra Suecia, que iba con una equipación Ikea y oro, apenas, por no decir nada, he escuchado mencionar al «jugador número 12».

Como está en retroceso, gracias a Dios, hablando de equiparaciones, lo de llamar «la Roja» a nuestra selección de fútbol. De Vicente del Bosque a esta parte, apenas se usa el término, y no lo he escuchado en la retransmisión por TVE del triunfal partido frente a Suecia y mucho menos en las tertulias de los programas deportivos de la radio o en los titulares de prensa. Una moda que gracias a Dios ha pasado eso de «La Roja», que a mí, más que a la selección, me sonaba a La Pasionaria o a cualquiera de las radicales ministras del actual Gobierno social-comunista.

Sevilla, pues, debe reclamar ser sede permanente de la selección nacional de fútbol. Y (guasa) a ver si así, mientras se proclama, nos da tiempo de solucionar la ratonera automovilística que son las entradas y salidas al estadio de La Cartuja.