Aquí se fuma
A vuelapluma
¿Por qué el puente de Brooklyn es más conocido que el de Triana si uno cruza el East River y otro el Guadalquivir?

¿Por qué en España no cuidamos lo nuestro, ni valoramos suficientemente a los nuestros? ¿Por qué los chinos o los americanos dan más premios a Julio Iglesias que nosotros? ¿Por qué en Francia despiden con honores de jefe de Estado a Jean-Paul Belmondo ... y en España escondemos a Arturo Fernández? ¿Por qué a Manuel Alejandro no lo conocen los españoles de mi generación y en Hispanoamérica es una figura omnisciente?
¿Por qué Hernán Cortés fue un esclavista en vez de un libertador? ¿Por qué repudiamos a Blas de Lezo cuando de no ser por su gesta histórica la lengua española habría sido erradicada de Suramérica? ¿Por qué no estudiamos a nuestros héroes nacionales? ¿Por qué nuestros vinos tienen peor comercialización que los franceses? ¿Por qué nuestras fiestas, nuestras tradiciones y nuestra cultura son motivo de confrontación nacional? ¿Por qué no nos observamos desde una perspectiva mucho más amplia? ¿Por qué apenas celebramos cada aniversario del Descubrimiento de América cuando España era la primera potencia mundial? ¿Por qué no hacemos lo propio con cada aniversario de la vuelta al mundo? ¿Por qué el puente de Brooklyn es más conocido que el de Triana si uno cruza el East River y otro el Guadalquivir?
¿Por qué si Platón ubica en Cádiz (’Gades’) la isla de Atlántida en sus diálogos de Timeo y Critias, su existencia sigue siendo un mito? ¿Saben los andaluces que una empresa americana de busca tesoros lleva cinco años mapeando y grabando la costa de Chipiona, Sanlúcar y Doñana? ¿Saben acaso que aseguran tener pruebas actuales de que Atlántida, no sólo existe, sino que se ubica justo en esa zona de Iberia, tal como describe Platón en sus escritos? ¿Cómo es posible que, existiendo una mínima posibilidad de tal cosa, no hagamos nada por impulsar y liderar esa búsqueda?
¿Y si Atlántida existiera realmente? ¿Y si además no estuviera en Grecia ni en mitad del Océano Atlántico, sino frente a las costas de Cádiz, en la desembocadura del Guadalquivir?
Si usted se hace estas preguntas en alto quizás le tachen de loco y entonces quizás sea buen momento para recordar aquella reflexión del escritor Torcuato Luca de Tena en su novela Los renglones Torcidos de Dios: «Quizás la locura no sea más que la sabiduría en sí misma que, cansada de ver las vergüenzas del mundo, ha tomado la inteligente resolución de volverse loca». Solo entonces quizás sea usted capaz de sentir cierto alivio y hasta se sienta inspirado para hacer algo importante por su país y por sus gentes. Quizás únicamente así se atreva a colarse en un plató de televisión y gritar ante las cámaras como Peter Finch en Network (1976) «…levántense del sillón, diríjanse a las ventanas, ábranlas, saquen la cabeza y griten y sigan gritando: estoy más que harto y no quiero seguir soportándolo…»
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