SEVILLA AL DÍA
La US hace rabona
La Universidad rehúye el debate, se naja del lugar en el que, nos guste o no, se forjan las conciencias de los nativos digitales
La Universidad de Sevilla abandonó la semana pasada la red social X, antiguo Twitter, ahora propiedad del magnate Elon Musk. La decisión la trasladaron a través de un solemne comunicado en el que explicaban que la plataforma «ha evidenciado una falta de control ... en la calidad y veracidad de la información, además de una gestión que no refleja los principios de responsabilidad y respeto» que ellos inculcan. Además, la imprescindible resolución venía precedida por el polémico gesto que el excéntrico propietario de Tesla, ahora político por la gracia de Trump, realizó en un mitin después de materializarse el triunfo. Un saludo que se quedaba a medio camino entre el 'cogerlo ahí' del Adolfo de la perilla en el bigote y la celebración de un gol de Kiko Narváez. Aunque siguiendo el rumbo de la conversión y las teorías del personaje, y pese a que él luego lo negó, a muchos nos pareció más lo primero que lo segundo.
El caso es que estos días no se ha hablado de otra cosa en la terraza del Marbella, en los patios del Rectorado, en los bancos del Prado, en las pitipausas de Reina Mercedes, en los grupos de WhatsApp. Vamos, hasta en la fiesta de los MIR. Todos los notas súper concienciados, dándole vueltas, debatiendo y celebrando orgullosos la heroica espantá de la entidad. ¿Estudias, trabajas, has visto que mi uni se ha ido de Twitter? Para muestra un botón. Conversación con un colega ayer: Quillo, mañana quiero escribir sobre lo de la US y la marcha de Twitter. ¿Qué se dice por tu facul? Qué, jajajajaja, ¿se han pirado? Primera noticia, hermano.
Pudiendo coincidir con el diagnóstico, creo que el tratamiento no solo es erróneo, también cobarde. No es una gota de agua con la que hacer océano, es más bien una de gasolina alimentando el fuego contemporáneo. Un brindis al sol mientras llueve, contradictorio y contraproducente, que deja latente la desconexión con el alumnado. ¿Cuál es la lección? La Universidad rehúye el debate, se naja del lugar en el que, nos guste o no, se forjan las conciencias de los nativos digitales, deserta de la batalla de las ideas y el espíritu crítico cuando más falta hace y se refugia en BlueSky dejando vía libre para que otros moldeen con su toxicidad las personalidades del futuro.
Se niegan a despejar la X, prefieren patalear, darles la victoria por incomparecencia. Los vientos han cambiado y nadie está sabiendo o queriendo interpretar el temporal. El wokismo se pasó de frenada y ahora la rebeldía, lo punki, lo transgresor, lo encarnan sujetos que quieren llevarse el balón al otro extremo del campo. Mientras, los encargados de cincelar las conciencias y engrasar la maquinaria del pensamiento, corren despavoridos. Las sucursales de la sabiduría se fugan y dejan a los propagandistas clavar su bandera. El resultado es fácil: La Universidad se va y los alumnos se quedan. La Universidad hace rabona.
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