Un nuevo pacto de Sevilla con Cervantes

A lo largo del tiempo Sevilla fue acumulando reconocimientos a la vida y obra de Cervantes. Hoy se le recuerda en la Plaza de España, la Plaza de América, el Parque del Alamillo, el monumento de la calle Entrecárceles y especialmente con los 20 azulejos existentes en diversos edificios sevillanos, 19 datan de 1916 y otro en la Plaza de Calderón de la Barca, colocado hace pocos años en la fachada de un bar que en su interior tiene muchos recuerdos cervantistas.

Un hito de ese reconocimiento fue la celebración del III Centenario cervantino en dicho año 1916 (en la imagen). Entonces la ciudad entera se volcó con Cervantes y participaron intelectuales y estamentos básicos como el Ayuntamiento, el Arzobispado, el Capitán General del Ejército, el Ateneo, la Academia de Buenas Letras, la Academia de Bellas Artes, etcétera. Todos ellos estuvieron representados en una Junta Provincial cervantina presidida por el Gobernador Civil, creando comisiones de trabajo que dieron frutos importantes como los mencionados azulejos, el cuadro de Cervantes situado en la antesala de la Alcaldía, publicaciones, juegos florales... En definitiva hubo un pacto de Sevilla con Cervantes.

En los últimos años Sevilla apenas se ha movido en pro de tan celebrado autor. Cuando lo hizo, como es la dignificación del monumento en la calle Entrecárceles, fue después de varios años recibiendo quejas de ciudadanos que desean que Cervantes nunca sea olvidado en nuestra ciudad y quieren convertirla en el destino más importante del movimiento cervantino internacional. Para ello es necesario crear un ambiente adecuado y sobre todo dotar a Sevilla de infraestructuras sociales, como pueden ser la organización de eventos cervantinos destacados o apoyar a la Asociación de Cervantistas de Sevilla ya existente, y físicas que reverdezcan el cervantismo sevillano y atraigan a los miles de profesores, hispanistas o admiradores que periódicamente se reúnen en diversas ciudades del mundo para hablar de la agitada vida del autor del 'Quijote', 'La Galatea', 'Viaje del Parnaso' o las 'Novelas Ejemplares'. ¿Por qué esas reuniones internacionales no tienen lugar aquí? Sencillamente porque nada se hace para lograrlas. Necesitamos tener un centro de interpretación de las vinculaciones de Cervantes con Sevilla que podría crearse en algún edificio de propiedad municipal como el existente en la calle Pajaritos 14, o el que ahora ocupa la Delegación de Fiestas Mayores, en la calle Matienzo 1-3. Hay centros parecidos en Valladolid, Esquivias, El Toboso o Alcalá de Henares. También podrían crearse en el Casco Antiguo los llamados 'Espacios Cervantinos', por ejemplo en zonas como la Plaza de la Alfalfa, El Arenal, la calle Betis, entre otros entornos relacionados con la vida y obra de Cervantes. Por otra parte, la conmemoración de la Exposición de 1929, donde Cervantes tuvo muchísima importancia, ofrece la posibilidad de levantar el monumento ideado por Lorenzo Coullaut Valera que Aníbal González quiso y no logró situar en la actual Plaza de América. Ese monumento podría relacionarse con las restantes ciudades cervantinas, convirtiendo a Sevilla en referente para todas ellas. En definitiva es necesario que nuestra ciudad vuelva a unirse en torno a Cervantes y hacer lo que ya hizo en 1916 durante el antes mencionado III Centenario cervantino. Para ello resulta imprescindible crear un nuevo pacto de Sevilla con Cervantes, liderado por el Ayuntamiento hispalense en colaboración con los estamentos básicos que ya colaboraron entonces y fueron mencionados en el documento que se guarda en el Archivo de la Universidad hispalense.

SOBRE EL AUTOR

Rafael Raya Rasero

Escritor y presidente de la Asociación de Cervantistas de Sevilla