TRIBUNA ABIERTA
Quinto centenario de Diego López de Cortegana
Clérigo de reconocida notoriedad y prestigioso humanista, siguió de cerca los postulados del filósofo humanista, filólogo y teólogo cristiano holandés Erasmo de Róterdam

Cuando se cumple el quinto centenario del fallecimiento de Diego López de Cortegana en octubre de 1524, traemos al recuerdo la vida y obra de unos de los personajes más preponderantes en el florecer del Humanismo en la Sevilla del siglo XVI. Egregio erudito e ... insigne humanista, 'Cortegana', como se le conoce internacionalmente en el ámbito de las letras hispánicas, está considerado el más relevante de los traductores de obras clásicas en la Sevilla renacentista, ciudad que hasta mediados de dicha centuria se convirtió, por derecho propio, en epicentro incuestionable de las traducciones clásicas en todo el ámbito nacional en tiempos posincunables.
Nacido en la localidad onubense de Cortegana (ca. 1455), procedente de familia de hidalgos y formado en la Universidad de Salamanca, hubo de instalarse en Sevilla en torno a 1480, llegando a desarrollar una brillante carrera eclesiástica, lo que le llevó a alcanzar los cargos de canónigo y arcediano de la Catedral -lugar donde reposan sus restos-, fiscal y secretario de la Santa Inquisición, y capellán de la reina Isabel la Católica, con quien mantuvo una estrecha vinculación, que haría que los monarcas castellanos lo mencionen en numerosos escritos resaltando sus grandes y doctos méritos intelectuales. Al respecto, se le atribuye la autoría intelectual de los arcos triunfales con los que Sevilla recibió a Fernando el Católico en 1508.
Diversos estudiosos establecen una enorme disyuntiva a la hora de ahondar en este personaje, habiendo quienes resaltan más su labor como humanista y quienes, por el contrario, dan un peso específico más importante a su faceta de inquisidor en su lucha contra la herejía. Clérigo, por tanto, de reconocida notoriedad y prestigioso humanista, siguió de cerca los postulados del filósofo humanista, filólogo y teólogo cristiano holandés Erasmo de Róterdam, a quien consideraba «varón doctísimo más que ninguno, a mi juicio de nuestros tiempos». Su humanismo pregonaba el antropocentrismo por encima del teocentrismo, insistiendo mucho en la defensa de la dignidad y el valor de la persona, teniendo como principios destacados los valores humanos y singularmente la apuesta decidida por la capacidad de raciocinio y la búsqueda incesante de la verdad. Valladar incombustible de la cultura y la educación del clero bajo las influencias directas de Rodrigo Fernández de Santaella -Maese Rodrigo- al que ayudó en la fundación de un Estudio General en Sevilla en 1502 para la enseñanza de Teología, Cánones, leyes, Medicina y otras artes liberales, que a la postre se convertiría en el precedente de la universidad hispalense en 1505; su admirable erudición hizo de él un formidable traductor de obras latinas, a las que desproveía de adornos gramaticales y artificios literarios, modernizando el estilo para al adaptarlo al nivel cultural de su tiempo.
Intelectual del más alto nivel en el conocimiento de las letras clásicas, entre su variada y extensa gama de traducciones destacan 'Crónica del santo rey Fernando III' (1516), 'Libri Sententiarum' de Petri Lombardi -obispo de París-, 'Tratado de la miseria de los cortesanos' y 'El Sueño de la fortuna', ambas de Eneas Silvio Piccolomini -papa Pío II-, 'Liber Pastoralis' del papa Gregorio Magno o 'Querela de la paz'(1516), una de las primeras traducciones que tuvo Erasmo de Róterdam en lengua castellana; y por encima de todas ellas el 'Asno de Oro' escrita por Lucio Apuleyo en el siglo II d.C. Publicada en 1513, se trata de la gran novela latina que llega íntegramente al Renacimiento, libro más influyente impreso en la Sevilla en esa época y obra considerada como precedente en España de la novela picaresca que se desarrollaría más adelante con el 'Lazarillo de Tormes'. Sus brillantes traducciones son tomadas hoy día como objeto de estudio en diversas universidades internacionales, siendo aceptada su más que sobresaliente influencia en reconocidas obras del género picaresco como 'Guzmán de Alfarache' (Mateo Alemán, 1599) o 'La Lozana andaluza' (anónima), así como en las célebres obras 'El Quijote' y las 'Novelas Ejemplares' de Miguel de Cervantes.
Su producción humanística, orientada básicamente a la traducción, y sus afinidades intelectuales siguen convirtiendo a Diego López de Cortegana, quinientos años después, en uno de los primeros difusores del Erasmismo en España, en incuestionable ejemplo del desarrollo del Humanismo vernáculo en la Sevilla del siglo XVI y en arquetipo evidente del Humanismo cristiano en nuestro país.
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