tribuna abierta
El mito de Carmen: 150 años de la femme fatale
Sin más patria que su propio interés, la patria ideal de la Cigarrera trascendió las fronteras sevillanas descritas por el escritor francés en la Real Fábrica de Tabacos

Acaban de cumplirse 150 años del estreno de la afamada y popular ópera 'Carmen' en la Opéra-Comique de París el 3 de marzo de 1875. Escrita en cuatro actos por Georges Bizet, con libreto de Henri Meilhac y Ludovic Halévy, la ópera se basa ... en el libro homónimo 'Carmen' escrito por Prosper Mérimée, publicado por entregas en la 'Reveue des Deux Mondes' dos años más tarde, y de cuya publicación original se cumplirá el próximo mes de octubre su 180 aniversario.
Georges Bizet universalizó el mito de la mujer Cigarrera, la 'femme fatale', uno de personajes más representativos internacionalmente no solo de la cultura popular andaluza sino española. El personaje femenino ideado por el escritor e historiador francés Mérimeé, extraordinariamente llevado a la ópera por Bizet, fue todo lo contrario al ideal de una mujer de su tiempo. Carmen ni fue sumisa ni débil, ni abnegada ni fiel, sino fuerte y provocadora, orgullosamente valiente y rebelde en su comportamiento, mentalmente poderosa e inteligente en la forma de hacer valer sus atributos.
Misteriosamente irresistible, peligrosamente embaucadora y arrebatadoramente seductora, el icónico personaje de Mérimeé puede considerarse todo un símbolo de la liberación de la mujer. Desvergonzada, pícara, manipuladora, fullera, independiente, ladrona, atractiva, Carmen cautivaba a todos cuantos la rodeaban, siendo capaz de someter a todos los hombres conduciéndolos por el camino de la perdición. Totalmente liberada de escrúpulos, levantaba en hombres y mujeres tanta admiración como repudio, tanto asombro como rechazo. Un auténtico mito moderno de la literatura posromántica, a caballo entre el romanticismo y el realismo. Con una visión negra y frívola del amor, en 'Carmen' converge el sentido romántico de la libertad sin acotamientos, la belleza, la sensualidad, las bajas pasiones, la locura, la tragedia y la fatalidad.
Sin más patria que su propio interés, la patria ideal de la Cigarrera trascendió las fronteras sevillanas descritas por el escritor francés en la Real Fábrica de Tabacos, yendo más allá del ambiente en el que se movió su personaje. La patria de Carmen era la libertad en sí misma, una libertad que antepuso a su propia muerte.
Ahora, 150 años después del estreno de la ópera 'Carmen', hemos de poner en valor la importancia de Georges Bizet, que con esta obra maestra del género operístico, contribuyó decisivamente a la universalización del arquetipo femenino de la libertad. La Cigarrera en la representación escénica musical de Bizet trascendería todos los límites imaginables del desarrollo de un personaje de ficción, saltando con ella desde la literatura a las artes plásticas, la zarzuela, el flamenco o al ámbito cinematográfico en múltiples ocasiones.
Sevilla recuerda hoy día a la pasional mujer Cigarrera con un monumento levantado en el paseo de Cristóbal Colón, justo enfrente de la Plaza de Toros de la Real Maestranza mirando a la Puerta del Príncipe. Una obra escultórica realizada por el escultor e imaginero Sebastián Santos Rojas en 1973, donde puede leerse la siguiente leyenda: «Carmen simboliza la liberación de la mujer y refleja el ideal romántico del siglo XIX». Sobre ese pedestal, la mujer arrebatadora, ardiente y apasionada, motivo de inspiración para tantos artistas como Gonzalo Bilbao, Zuloaga, Picasso, Julio Romero de Torres o más recientemente Luis Gordillo, todos ellos en la pintura, o Salvador Távora en el teatro, sigue esperando la salida triunfal de su torero a hombros, para transformar su gloria en destrucción.
Igualmente, el espíritu de Carmen la Cigarrera está presente en los patios y naves abovedadas de la antigua Real Fábrica de Tabacos, hoy sede del Rectorado de la Universidad de Sevilla. Un edificio declarado Bien de Interés de Cultural con la categoría de Monumento en 1959, que sirvió de escenario principal donde se fraguó la leyenda literaria de la «femme fatal» que posteriormente atraparía el universal interés de músicos, pintores, cineastas o dramaturgos por su carácter salvajemente primitivo.
Han pasado 180 años del nacimiento de la gitana y cigarrera de Sevilla, la Carmen de Prosper Mérimeé. Se cumple el 150 aniversario de la forja del mito de la Carmen de España por Georges Bizet. Con él, su figura alcanzó una dimensión mundial. Tantas Carmen hubo en el mito de Carmen, que Quintero, León y Quiroga, incluso hicieron de ella una mujer apasionada pero decente. Ya lo cantaba otra Carmen de Sevilla: «Yo soy la Carmen de España y no la de Merimée».
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