puntadas sin hilo
La pinza sevillana
El PSOE y Vox deberán explicar su inesperada confluencia de intereses para dejar a la ciudad sin presupuestos
En la breve pero intensa IV legislatura andaluza, el bienio 1994-1996, se acuñó uno de los términos que más éxito ha tenido en la jerga de la política regional: la 'pinza'. La expresión, cuya autoría achaco a Pepe Caballos más por intuición que por ... memoria, hacía referencia a la presunta confluencia de intereses entre los entonces presidente del PP, Javier Arenas, y coordinador general de IU-CA, Luis Carlos Rejón, para atar las manos a un Manuel Chaves que gobernaba con una exigua mayoría. Hubiese contubernio o no, lo cierto es que Arenas y Rejón impidieron la aprobación de los presupuestos por dos años consecutivos, abocando al presidente de la Junta a convocar una inciertas elecciones anticipadas. Los socialistas basaron su campaña en denunciar un acuerdo antinatura entre populares y comunistas para acorralar al PSOE, y los andaluces compraron el mensaje. Lejos de acusar el desgaste de la falta de gestión, Chaves salió reforzado de las urnas y pudo constituir un cómodo gobierno con la muleta del extinto PA.
La negociación para aprobar los presupuestos del Ayuntamiento para 2024 ha evidenciado un escenario municipal similar en el que el PSOE y Vox atenazan a José Luis Sanz para que no pueda gobernar. Es evidente que ambas formaciones han pensado en sus intereses particulares antes que en el bien de la ciudad, bloqueando inversiones con la esperanza de que los sevillanos culpen al alcalde del progresivo deterioro urbano. Los socialistas han evitado adoptar una actitud constructiva ante la evidencia de que en 2027 ambos partidos van a disputarse la Alcaldía; más kafkiana resulta la actitud de Vox, que acusa a Sanz de copiar al PSOE mientras le niega la posibilidad de cualquier alternativa de gestión. Los de Abascal han rehusado negociar partidas presupuestarias o criterios inversores y han puesto como único e indeclinable requisito para su apoyo un sillón en el gobierno municipal. Los cargos por delante de la ciudad.
El fracaso en la aprobación de los presupuestos condena al gobierno del PP a un complicado año de ingeniería financiera con cuentas heredadas. Pero Sanz no es el único damnificado, porque la oposición también deberá explicar a sus votantes su responsabilidad ante un previsible marasmo gerencial. Particularmente el PSOE y Vox deberán matizar su inesperada confluencia de intereses tras compartir la estrategia de dejar a Sevilla sin cuentas para 2024.
La izquierda y la derecha hacen pinza para intentar asfixiar a José Luis Sanz y el alcalde intentará aprovechar esta circunstancia para reclamar mayor apoyo electoral, tal y como hizo Chaves hace treinta años. Todo está inventado. Pero quien se puede asfixiar de verdad sin el oxígeno presupuestario es la ciudad. Y es que aquí no hay ganadores: la prórroga de las cuentas es una derrota colectiva que, además de perjudicar a Sevilla, retrata a una clase política mediocre y egoísta.
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