Puntadas sin hilo
Misión imposible
Seguro que Tom Cruise se levanta tres veces cada noche para ir al baño, porque la próstata no entiende de cine
Me da pena Tom Cruise porque es un señor mayor atrapado en el cuerpo de un joven. En lugar de disfrutar de la madurez, una etapa que también tiene sus bondades, Cruise permanece cautivo de la lozanía. La actuación del pasado domingo, en la que ... saltó desde el voladizo del Stade de France para recoger la bandera olímpica y protagonizar una trepidante carrera hacia Los Ángeles, me produjo más lástima que admiración. A sus 62 años, el actor neoyorquino está condenado a seguir evocando al chaval que bailaba en gayumbos a los acordes del 'Old time rock'n'roll'. Han pasado cuatro décadas desde que se estrenó 'Risky Business', pero Cruise no se ha permitido envejecer. Vive con los grilletes de la piel tersa, el abdomen plano y el flequillo rebelde, sometido al escrutinio permanente de medio planeta. Eso sí que es presión, y no la del presidente de los Estados Unidos.
Vivimos el momento con más abuelos de la historia de la humanidad, pero paradójicamente la sociedad reniega del hecho biológico de envejecer. A nadie le interesa ver ancianos. Tom Cruise podría haber orientado su carrera hacia papeles acordes a su edad y buscar el reconocimiento maduro del que gozaron Robert Redford, Sean Connery o Paul Newman, pero prefiere mantener su perfil atlético y seductor, aunque sea a costa de exigentes entrenamientos diarios y una dieta paranoica que incluye, según cuentan, 17 minicomidas diarias. No se trata de extravagancias de una estrella de cine abducido por la iglesia de la Cienciología, sino de una decisión estratégica ante la evidencia de que –a diferencia de la época no tan lejana de Redford o Newman– en la sociedad actual los viejos no gustan por muy guapos que sean.
Pero no hay que irse a Hollywwod para encontrar objetores biológicos que reniegan del envejecimiento. El negocio de las clínicas estéticas se duplicó después de la pandemia, y hoy mueve 4.000 millones de euros solo en España. En 2021 se realizaron 204.510 intervenciones quirúrgicas en el sector, con el aumento de mamas como la opción más demandada. Los 'retoques' se han normalizado no ya en la población madura, sino entre una juventud para la que no tienen ningún matiz peyorativo. De hecho, esta cirugía vanidosa se ha convertido en un signo de ostentación pública; hace poco me comentaba un cirujano que muchas de sus pacientes de mamoplastias, particularmente las jóvenes, les piden que se note que han sido operadas, cuando el reto profesional consiste precisamente en lo contrario.
La verdad es que Tom Cruise está fenomenal, para qué lo vamos a negar. De chasis, me refiero, porque como leí en algún tuit, seguro que se levanta tres veces cada noche para ir al baño. La próstata no entiende de cine. Engañar al calendario es la auténtica misión imposible de nuestro tiempo: podemos estirarnos la piel, quitarnos grasa y ponernos pelo o tetas, pero en la película de la vida los efectos especiales sirven de poco.