Puntadas sin hilo
Hacer un Hathaway
El presidente lleva una racha de chascos que le está dejando una preocupante cara de pardillo
Pues el presidente Sánchez estará buenísimo, pero le acaban de dar un plantón de padre y señor mío. Y no ha sido la niñata del barrio a las puertas del Burger King, sino un monumento como Anne Hathaway ante los ojos de medio mundo. El ... marido de Begoña Gómez ha pasado en unos días del halago libidinoso del diputado madrileño Juanjo Marcano, quien defendió con sorna rijosa que las críticas a Sánchez se deben a la envidia «por lo bueno que está», al palmo de narices por la 'espantá' de la actriz estadounidense, quién delegó en una señora madura y no particularmente agraciada la entrega de un galardón por las políticas feministas del Gobierno español. Imagino que no habrá sido escasa la pasta –de nuestros impuestos– que habrá apoquinado la Moncloa para ser merecedor del reconocimiento, pero lo único que ha conseguido es quedar como un pardillo, exhibiendo una candidez propia de novato en Tinder.
El batacazo de la cita con la Hathaway ha sido si cabe más sonoro por la expectación levantada. Óscar Puente hizo el papel del amigo de la pandilla que difunde que su colega ha quedado con un pibonazo, agregando además en las redes sociales «esto no sé si lo va a a superar Feijóo». Le faltó decir el feo de Feijóo, gafitas cuatroojos. A estos menesteres se dedica el ministro de Transportes para ganar puntos ante su jefe; lo de solucionar el caos ferroviario lo dejamos para otra ocasión. La cuestión es que llegó el gran día, se presentó Pedro Sánchez con su mejor sonrisa en Nueva York y quién apareció fue la tía abuela solterona de Anna Hathaway. Planchazo y a casa.
La lectura positiva de este planchazo es que humaniza al presidente, cuya altivez debe empalagar hasta a sus más acérrimos defensores. El Sánchez desplantado tiene más fácil empatizar con el español medio, porque todos nos hemos sentido despreciados alguna vez por la chica de nuestros sueños. El problema del presidente es que lleva una racha de chascos que le está dejando una preocupante cara de pardillo. Pocos días antes de la cita con la actriz hollywoodiense en Nueva York fue Junts quien le hizo 'un Hathaway' en toda regla: habían quedado en el Congreso para aprobar la Ley de Vivienda y a la hora de la verdad los de Puigdemont se descolgaron con su voto en contra. Si quieren saber qué cara puso Sánchez al conocer que le había plantado la Hathaway miren el vídeo de aquella votación. La voz se ha corrido y ahora han sido otros socios de gobierno los que le han abandonado en Madrid para acudir a la toma de posesión de Claudia Sheinbaum en México.
El desplante de una mujer puede provocar solidaridad, el de varias hilaridad. Las últimas derrotas de Sánchez desdibujan su aura de imbatibilidad igual que las calabazas acaban con el aire de los galanes. Como el líder socialista siga acumulando fracasos políticos se puede quedar para vestir santos en el Congreso de los Diputados. Torres más altas (y más guapas) han caído.