PUNTADAS SIN HILO
En la boca del lobo
Sánchez se desenvolverá ante Juanma Moreno con ademanes de buhonero, ofreciendo crecepelos financieros
Quien haya estado en Marruecos conocerá probablemente la estrategia de los comerciantes del lugar para vender alfombras a los turistas. Cuando un grupo de curiosos entra en el establecimiento lo primero que hacen es disgregar el grupo con la excusa de una atención personalizada a ... cada visitante. El segundo paso es el agasajo, que incluye la invitación a un té mientras el comerciante se deshace en reverencias y halagos. El tercero es la insistencia, le sacarán docenas de alfombras aunque usted repita que no piensa comprar nada. El cuarto estadio es la presión psicológica; le dirán que sus compañeros de viaje, a los que usted no puede ver porque están en otras estancias, ya han comprado alguna alfombra. Y el último nivel es la amenaza velada, en el que teatralizarán un gran enfado y le reprocharán que con su negativa a comprar está cometiendo una grave ofensa a la hospitalidad árabe. Solo quienes demuestran carácter para superar estas pruebas sin dar su brazo a torcer salen a la calle sin una alfombra adjudicada. Ignoro si Juanma Moreno ha estado alguna vez de vacaciones en Marruecos, pero no le vendría mal conocer esta liturgia comercial de cara a su cita del viernes en la Moncloa.
Porque el objetivo de Pedro Sánchez con esta ronda de audiencias es dividir y conseguir que algún presidente del PP le compre una alfombra. Para ello se desenvolverá con ademanes de buhonero, ofreciendo crecepelos financieros que convertirá a quien los utilice en un atractivo gobernante ante cuyos pies caerán seducidos los votantes. Como los antiguos charlatanes de feria estudiará a la audiencia para embaucar a cada uno con aquello que más necesita. A cada dirigente autonómico le dirá que cómo va a dejar pasar este tren, que Feijóo lleva a la ruina a su territorio, que otros presidentes del PP van a aceptar dinero y que su electorado no le va a perdonar haberles condenado al atraso mientras otras comunidades vecinas progresan. Imagino que Sánchez cuenta con que ningún presidente popular se va a vender como un judas autonómico en la Moncloa, pero confiará en que una vez esparcida la semilla, la cizaña germine y termine aflorando en alguna reunión interna del partido.
En cualquier caso, Juanma Moreno se mete el próximo viernes en la boca del lobo. O si lo prefieren, en la trastienda del bazar moruno en el que Sánchez ha convertido la Moncloa, un garito donde se han cerrado algunos de los acuerdos más vergonzosos de nuestra historia reciente. De la firmeza de los presidentes del PP en su rechazo a cualquier acuerdo bilateral con el Gobierno depende no solo la oposición al cupo catalán, sino la pervivencia del modelo constitucional, es decir, la idea de España como un conjunto de autonomías cohesionadas por mecanismos de solidaridad interterritorial. La alternativa es convertir a Sánchez en el césar dadivoso que administra la financiación según su criterio, repartiendo ayudas interesadas. Habrá que confiar en que a estas alturas ningún barón popular se deje camelar por el gran mercachifle de la política.
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