Puntadas sin hilo
Barco a Venus
España no era un país perfecto, pero va camino de ser perfectamente inhabitable, como Venus
A Pedro Sánchez se le queda pequeña España. No me refiero a que esté pensando en responsabilidades en la UE cuando Puigdemont, el PNV o los terroristas jubilados de Bildu lo dejen caer, eso es poca cosa para un tipo que piensa a lo grande, ... que no se pone límites y que hace de la necesidad, virtud. El presidente del Gobierno está pensando en Venus. Sí, lo que oyen. Ahí tiene al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), dependiente del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, trabajando en el proyecto EnVision, que en 2031 quiere alquilar un cohete para analizar este enigmático planeta. Un barco a Venus, como en la canción de Mecano. No pierdo la esperanza de que la inversión sea para embarcarse en la lanzadera y convertirse en el primer presidente interplanetario de todos los tiempos. La única pega que le pondría yo a este osado plan sería no haber elegido como objetivo de la odisea a Neptuno, el planeta más recóndito del sistema solar. Venus está demasiado cerca.
Porque no creo que la elección de Venus como destino de la inversión aeroespacial española sea azarosa. Hay algo en este planeta que debe atraer a Pedro Sánchez. Sospecharán que se debe a que Venus es el nombre de la diosa de la mitología romana relacionada con la belleza, pero creo que hay algo más. Miren la historia del planeta: se formó en circunstancias similares a la de la Tierra, pero se ha convertido en un lugar «inhóspito», según los expertos del CSIC, sin que se sepan las causas. En lugar de evolucionar a un vergel de agua, flora y fauna, Venus se convirtió en un espacio inhabitable de gases y actividad volcánica.
Quizás sea esto lo que provoca una empatía del presidente con Venus. Lo que ha ocurrido en Venus en los últimos cien millones de años es lo que ha pasado en España en los últimos cinco. En lugar de afianzar los puntales que sostenían la sociedad, representados en la Constitución, se ha dedicado a zarandearlos para derribar el edificio de razonable concordia que se había levantado durante los últimos cuarenta años. Ha eliminado los matices de la convivencia para reducirla a un insultante simplismo: él o la 'fachosfera', esa ridícula caricatura dibujada a los acordes del Cara al sol. Reproduce el trazo grotesco que han utilizado todas las oligarquías americanas desde Fidel, una línea intransigente de fidelidad al líder en la que se considera enemigo a todo aquel que la traspase.
España no era un país perfecto, pero va camino de ser perfectamente inhabitable, como Venus. Un lugar en el que no se va a poder confiar en la Justicia y en el que toda discrepancia se va a interpretar como disidencia. Un lugar con peligro real de pérdida de libertades en el que no se legisla en función del bien común, sino del interés particular. Ojalá al Gobierno español le salga bien el proyecto interestelar y viajen todos allá. Pero no soy optimista: si han tardado cuarenta años en hacer un enlace de 355 metros en Espartinas, no se cuánto les llevará preparar el viaje a Venus.
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