tratos y contratos
Los viejos errores de la nueva Sevilla
Sevilla Game Hub, el gran centro de desarrollo de videojuegos en Sevilla, debería salir adelante
Sevilla ha experimentado su particular revolución tecnológica en apenas una década. En 2014, los creadores de startups (empresas basadas en nuevas tecnologías) eran una minoría con escaso respaldo de inversores locales. Actualmente existe una comunidad creciente de emprendedores que impulsan ideas innovadoras. Incluso hay una ... asociación llamada Founders –animada por el 'pionero' Juan Martínez Barea– que reúne a la mayoría de estos nuevos empresarios. En este ecosistema, algunos aspectos funcionan igual que en la economía tradicional: los proyectos serios, discretos e independientes tienen más recorrido que aquellos que, ya sea por inocencia o por insensatez, dependen en exceso del apoyo de la administración pública.
Un ejemplo positivo es Espacio RES, ubicado en República Argentina 25. Se trata de una fundación liderada por el empresario Carlos Lora con el apoyo de Inmobiliaria del Sur, que se ha consolidado como el punto de encuentro de referencia en Sevilla para fomentar el desarrollo de nuevas compañías tecnológicas. Sin grandes alardes ni anuncios ostentosos, en esta década han pasado por Espacio RES más de 260 empresas, generando 1.100 puestos de trabajo. Algunas de las firmas nacidas en RES, como Cover Manager (un software para la gestión de reservas en hostelería), han alcanzado valoraciones superiores a los 150 millones de euros. Parte del éxito de esta 'logia tecnológica' en el barrio de Los Remedios radica en no involucrar a ninguna administración que pudiera restarles independencia o agilidad operativa.
Un caso distinto es el denominado 'Sevilla Game Hub'. La compañía sevillana Viva Games, un referente nacional en el desarrollo de videojuegos, quiere forjar un gran centro de formación para profesionales y el apoyo a los emprendedores de este sector en Sevilla. Sin embargo, el proyecto –ideado desde 2020– padece ahora el error de apoyarse en la administración pública para encontrar una sede en la ciudad. La discreción fue la primera víctima: cuando se identificaron unas naves municipales que podían albergar el proyecto (unos almacenes abandonados a la espalda del hospital Virgen del Rocío), el ayuntamiento —entonces gobernado por el PSOE— difundió aquella inversión a bombo y platillo. Dos años después del precipitado anuncio, las condiciones inicialmente prometidas para la cesión del edificio no se han podido materializar, poniendo en riesgo la viabilidad del proyecto.
Los promotores de Viva Games son empresarios de larga y exitosa trayectoria en este negocio. Ojalá puedan replantear esta inversión con un acuerdo con el Ayuntamiento o con una alternativa diferente, que les dote de independencia y agilidad, pues sería un nuevo paso en la pequeña revolución que vive Sevilla.
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