tratos y contratos
Riquelme, el gran 'gambler'
La compra de la antigua Abengoa y la salida a Bolsa ha sido una jugada maestra. Ahora llega el momento de cumplir las expectativas
Hace ya una década estallaron las primeras turbulencias bursátiles de Abengoa que presagiaron su gran crisis. Llegó entonces un largo periodo de agonía –fruto de una reestructuración mal concebida– con momentos de drama, vodevil y surrealismo, que concluyó con el concurso de acreedores y la ... venta al mejor postor de los restos del naufragio. Es entonces cuando aparece en el horizonte el empresario Enrique Riquelme (dueño de Cox) y demuestra porque le definen en algunos de los conciliábulos de la empresa como un 'gambler', un jugador audaz dispuesto a subir siempre la mano. Su primer gran éxito fue batir al resto de rivales y tomar el control definitivo de una empresa exánime y desmotivada, que seguía pagando mensualmente más de 10.000 nóminas… pero que quedaba al fin limpia de deudas.
Tras un periodo en el que ha renovado el esquema directivo y ha reorientado la estructura corporativa, llega la segunda gran operación del 'gambler'. La salida a Bolsa de Cox apenas un año después de la compra de Abengoa es una resurrección financiera en tiempo récord. Más del 90% del negocio y los activos de la empresa pertenecen a la antigua empresa sevillana (Cox era el 'pez chico' que se come una ballena varada). Riquelme ha seducido a socios muy relevantes (como la firma dubaití Amea Power) y ha logrado que la otrora moribunda Abengoa tenga actualmente un valor en el mercado de casi 800 millones de euros.
Y ahora llega el momento de constatar la auténtica dimensión de esta apuesta. Riquelme ha anunciado esta semana que Cox invertirá más de 3.000 millones de euros para forjar una compañía que en 2028 pueda estar en el Ibex 35. Para ello, desarrollará activos en concesión (sobre todo en el sector de la desalación) y comprará otras empresas. Si con esta hoja de ruta mantiene altas las expectativas y eleva la cotización bursátil, las plusvalías que puede obtener de una temprana y progresiva venta de acciones pueden ser sencillamente espectaculares. Sería el desenlace final (y legítimo) de la operación maestra del 'gambler'. Ahora bien, si mantiene la apuesta a largo plazo para construir un grupo empresarial que aspire realmente a figurar entre las mayores cotizadas españolas (tan solo con acercarse mínimamente a tal objetivo es un gran triunfo), el jugador audaz elevaría su dimensión para entrar directamente en el Olimpo de los grandes empresarios. Lo que ha logrado hasta el momento Riquelme era tremendamente complejo, pero no tanto como la meta que él mismo se ha marcado para los próximos tres años. A Sevilla le conviene que tenga el mayor éxito.
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