tratos y contratos
Nobu, el turismo no lo aguanta todo
La peripecia del famoso restaurante japonés de lujo de la Plaza de San Francisco apenas ha durado un año
Ocurrió hace apenas un año, cuando los llamativos titulares de prensa anunciaban que «el hotel-restaurante de Robert de Niro aterrizaba en el corazón de Sevilla». Así se contó la apertura de 'Nobu' en la Plaza de San Francisco, un establecimiento de lujo con cocina- ... fusión japonesa diseñada por el chef internacional Nobu Matsuhisa (socio del actor de El Padrino). La realidad era más prosaica, ya que el auténtico dueño del hotel es el fondo de inversión Millenium, el operador y gestor del mismo es la cadena Mercer; mientras que Nobu era la marca que debía consolidar este nuevo espacio como una propuesta de referencia para los turistas de alto poder adquisitivo. La respuesta inicial del restaurante no fue la esperada y pocos meses después de su inauguración introdujeron un 'menú ejecutivo' con precios más asequibles. Tras cumplir un curso en la ciudad, Nobu ha hecho las maletas y ha dejado de ser el emblema de este hotel sevillano, que ahora se ha renombrado como 'Mercer Plaza'.
¿Qué le ha pasado al proyecto de Robert de Niro? Quizá las causas sean las mismas que las que propiciaron el final de otras iniciativas similares. El restaurante Mareantes del chef estelar Rafa Zafra en el hotel Taiko de la Puerta de Jerez apenas duró doce meses; y 'Al Lado', local del Hotel EME dirigido por el 'cinco estrellas Michelin' Paco Pérez, tampoco sobrevivió a una segunda temporada. Estos intentos se evaporaron en silencio y fueron reemplazados por propuestas menos elitistas y más económicas.
Estas peripecias gastronómicas constatan, en primer lugar, que el turismo en Sevilla no lo aguanta todo. Los visitantes con un alto poder adquisitivo siguen siendo limitados y buscan experiencias totalmente genuinas de la ciudad -como Cañabota o Abantal, entre otras- y no las segundas o terceras marcas de chefs de otras partes de España o del mundo. Tampoco parece existir un público sevillano masivo dispuesto a cenar de manera recurrente en un local donde la factura por persona excede fácilmente los 80 euros el cubierto.
El furor de la hostelería ha creado la imagen de 'la gallina de los huevos de oro', donde todo el que entra hace negocio. La realidad es más compleja: conocer bien la singularidad de cada plaza, la tipología de clientes, lo que está dispuesto a pagar… Es una ciencia compleja que no está al alcance de todos. Por eso hay actualmente en Sevilla varios grupos hosteleros que gestionan decenas de restaurantes y no paran de crecer; y por eso seguirá habiendo incautos con apuestas ambiciosas que no superarán el año de vida. El discreto adiós de Nobu es el último ejemplo.