TRATOS Y CONTRATOS
El foso de la Cartuja
La venta del Canal de la Expo y la construcción de otra pasarela ponen fin al aislamiento del parque
El parque tecnológico de la Cartuja ha vivido su particular década prodigiosa. Nunca había albergado tantas empresas e instituciones (570), ni tanto negocio (casi 5.000 millones), ni tantos profesionales (cerca ya de 30.000)... En los pocos solares que aún permanecían vacíos se promueven ... nuevos proyectos singulares, como el futuro edificio del 'Joint Resarch Centre' de la Comisión Europea o la nueva sede de la firma de moda Scalpers. Y ya se trabaja en incorporar 100.000 metros cuadrados adicionales para promover nuevas torres de oficinas.
Este dinamismo, e incluso la promoción de un gran espacio de eventos y conciertos como el Cartuja Center, no ha significado que el recinto se despoje totalmente de su apariencia de 'gueto' tecnológico. Entre la ciudad y el parque se interpone todavía como un foso el decadente canal de la Expo, seco y lleno de maleza, y especialmente inhóspito cuando cae la noche.
En sus orillas descansa el viejo cohete Ariane, mostrando un aspecto cada vez más amarillento, al igual que las réplicas de otros ingenios que decoran la zona, como el satélite Hispasat, que imprimen al lugar una apariencia de desguace espacial. Todo muy 'random', como dicen los adolescentes.
Pese a todo, acostumbrado como estoy a este paisaje –los ventanales de la Casa de ABC ofrecen una visión privilegiada del mismo– he de reconocer que siempre he sentido cierto aprecio por esta estampa marchita que cada año que se perpetúa es más insólita, más inexplicable. Como amante del sosiego, casi habría deseado que no cambiara nunca, contemplar para siempre como se oxidan paulatinamente las piezas de un cohete que aguarda con paciencia su despegue imposible… Pero esta anomalía ya tiene sus días contados.
El acuerdo entre el Ayuntamiento y la Junta para la venta en subasta del canal de la Expo con una recalificación urbanística (para acoger oficinas, hoteles, residencias y servicios), unido a la construcción de una nueva pasarela peatonal con Torneo, será el final lógico (y tardío) del gran foso que separa la ciudad y la Cartuja. Esta doble actuación, junto al arreglo del jardín americano, le darán continuidad al parque de Magallanes y al complejo de Torre Sevilla, culminando al fin la reutilización integral de la antigua exposición universal y su plena integración con el centro de la ciudad.
Lo más relevante es que este proyecto está alentado por una demanda real de empresas que quieren ubicarse y crecer en el parque tecnológico. A diferencia de otros periodos, ha sido la enorme pujanza interna de la Cartuja la que propicia que esta operación sea una necesidad casi urgente para canalizar su futura expansión. A la espera de conocer el interés final de los inversores por comprar el Canal y qué tipo de planteamiento realizan, la iniciativa tiene buena pinta.
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