tratos y contratos
El diagnóstico del profesor de Harvard
Andalucía requiere el esfuerzo de una generación para alcanzar la media de los países prósperos de la UE
«Ustedes son felices… Aunque no sé si lo saben». Esta reflexión resonó esta semana en el Salón de los Espejos del Palacio de San Telmo, cuando el profesor venezolano Ricardo Hausmann analizaba la situación económica de Andalucía ante Juanma Moreno y la plana mayor ... de la Junta. El director del 'Growth Lab' de la Universidad de Harvard tenía que detallar su diagnóstico sobre el futuro de esta comunidad autónoma (elaborado junto a la firma de consultoría internacional Oliver Wyman en el denominado 'Proyecto Crea'). Para un iberoamericano que ha vivido el derrumbe total de su patria, Andalucía se perfila claramente como un remanso «feliz» donde «se respira optimismo y dinamismo» en un clima de seguridad jurídica y paz social.
Sin embargo, Hausmann tiene otra perspectiva desde la que establecer su particular visión de Andalucía, pues como profesor en Harvard está afincado en Boston (una de las áreas más prósperas del planeta). Y es aquí donde su diagnóstico tiene quizá elementos más peliagudos. Intentar que algún día el sur de España se equipare con la media de riqueza de los países más prósperos de la UE exige un altísimo nivel de ambición. El análisis que ha realizado para la Junta de Andalucía indica que se pueden crear más de 500.000 empleos hasta 2030, el 40% de ellos en el sector industrial, y hay 130 segmentos de empresas en Andalucía con un alto potencial de evolución y diversificación. Pero hay también enormes lastres. El profesor revela que la evolución del tejido productivo requiere innovación y en Andalucía existe una notable desconexión entre la universidad y el sector privado, que orbitan en universos paralelos. «En Boston la zona de la ciudad más cara para la instalación de empresas es aquella que está próxima a centros universitarios como el MIT… aquí parece que son dos mundos que no se necesitan el uno al otro». A esto se suma la infrafinanciación de infraestructuras de todo tipo (y especialmente en el caso de un factor limitante y escaso como el agua).
¿Andalucía puede situar su renta por habitante en niveles similares al de los países más avanzados de la UE? En los últimos seis años el PIB ha subido un 9,6%, una cifra ligeramente superior a la del conjunto de España y tres puntos mayor al de la UE. Pese a ello, otra frase del profesor venezolano retrató con realismo la dificultad de esta meta: «Es sensato afirmar que se puede alcanzar la media española e incluso europea… Aunque nosotros no lo vamos a ver, pero sí nuestros hijos». La conclusión parece bastante nítida. Somos una comunidad «feliz» que, siendo realistas, todavía necesita el trabajo denodado de toda una generación –tanto desde el sector privado como desde el público– para que se pueda considerar algún día, también, un territorio realmente rico. Lo importante es que existen los mimbres para ello.
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