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Sevilla es un vía crucis
El Ayuntamiento lleva tiempo advirtiendo de que no puede asegurar la cobertura de tanto evento como se convoca
Lo ha dicho el arzobispo como dicen estas cosas los pastores de la Iglesia, como sin querer queriendo: no es el Consejo Episcopal el que pone problemas a las salidas extraordinarias de hermandades, son las administraciones las que más «se resienten». Eufemismos. La piedad popular ... también vive ya por encima de las posibilidades de la ciudad, como casi todo.
Otra Cuaresma se reaviva el debate de la cobertura policial a eventos cofradieros. Esta vez a cuenta de los problemas que tuvo La Soledad de San Buenaventura en su Vía Crucis el fin de semana, cuando los propios hermanos cortaron el tráfico con el reproche airado de algún automovilista. Dicen que no fue correctamente comunicado a la autoridad. Con independencia de esto, el Ayuntamiento de Sevilla lleva tiempo advirtiendo de que no puede asegurar la cobertura de tanto evento como se convoca y se presiente que la situación irá a peor si el frikismo se prodiga y, como en Triana, acude en tropel a seguir los ensayos de costaleros para ovacionar «picaítos» y «serruchos» de parihuelas con frenesí, convirtiendo en fenómeno de masas una Cuaresma sin Dios.
El debate abre muchas derivas. Desde los que aprovechan para reclamar la prohibición del culto público fuera de la Semana Santa (que ya pusieron su primer objetivo en acabar con los rosarios de la aurora y las procesiones de impedidos y van ahora a por los vía crucis); los que promueven que cada entidad convocante se costee su propia seguridad, hasta los que piden una regulación por el Cecop para ahorrar en el presupuesto municipal. Curiosamente, los más críticos con los eventos cofradieros no defienden aplicar estas restricciones a movilizaciones políticas o sindicales que reúnen a cuatro gatos.
El intervencionismo de la Administración en estas cuestiones es delicado. En esta tesitura conviene una discreta autorregulación por el Consejo de Cofradías de actos en la vía pública durante la Cuaresma aunque ello suponga abrir un melón tan imprevisible como el de las negociaciones de los horarios e itinerarios de la Semana Santa. Nadie como el propio Consejo para señalar lo que es sustantivo de lo que es producto de la novelería. Y así poner una serie de requisitos que eviten un futuro colapso de la agenda, sin olvidar que el culto público es una prioridad en la evangelización.
Otra cosa es que este árbol no nos deje ver el bosque del problema: el deterioro progresivo de los servicios públicos a nivel general. La semana pasada se suspendió la Vuelta Ciclista a Andalucía por falta de efectivos de la Guardia Civil. Como faltan médicos en la sanidad y personal en la Justicia... en Sevilla faltan cientos de policías locales y nacionales desde hace muchos años. Ese es el calvario de Sevilla, la precariedad se está comiendo las propias expectativas de la ciudad. Los vía crucis no pueden ser la excusa para justificar esta realidad.
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