No ni ná
La Plaza de España y lo de la Bernarda
Al PSOE no le interesa sino crear otro mantra mentiroso sobre cómo la izquierda defiende lo público y la derecha lo privatiza
Hay debate, y es necesario, sobre la Plaza de España, pero extraña la forma en la que los distintos cargos nacionales del PSOE han salido en tromba a oponerse al proyecto del alcalde, elevándolo a cuestión de Estado. En la estrategia permanente de dividir España ... en dos, a falta de otros argumentos y con la urgencia de que no se vea el humo que sale del escaño de Ábalos, los socialistas han planteado la cuestión como la defensa de lo público frente a la privatización. Ni que decir tiene que, como todo lo del PSOE contemporáneo, el propio debate a blanco o negro tiene trampa: nada se privatiza en la Plaza de España. Pero al PSOE, como comprenderán, no le interesa la Plaza de España de Sevilla sino crear otro mantra mentiroso sobre cómo la izquierda defiende lo público y la derecha lo privatiza. Esa consigna que le sirve para un roto en Sanidad y para un descosido en la Educación.
Que la cuestión la difunda con vehemencia un político como Alfonso Rodríguez Gómez de Celis tiene más enjundia. Se le ha visto las urgencias a la primera. El vicepresidente primero del Congreso de los Diputados va a conseguir que los sevillanos se enteren de una vez de lo que siempre quiso ocultar, que el Ayuntamiento del que era delegado de Urbanismo pagó cien millones de euros de dinero público por privatizar una plaza pública y hasta un edificio municipal. Lo hizo el PSOE en 'las setas'. El mismo PSOE que fue incapaz de asegurar el uso público de la comisaría de la Gavidia a pesar de haber pagado por su pública ruina 14 millones de euros del presupuesto municipal.
Sevilla y el monumento de Aníbal González podrían cantarle además a los socialistas por Manolo García eso de 'Dónde estabas entonces cuando tanto te necesité...' . Cuando la plaza perdió el 70 por ciento de su cerámica original o cuando la Junta cerró en 2005 la escuela taller que la restauraba.
Sostiene Celis que como los edificios de la plaza son de titularidad del Estado, ese espacio seguirá abierto. Puestos a jugar en demagogia se podría preguntar al diputado si estaría dispuesto al desalojo de esos edificios para un proyecto de ciudad aunque solo fuera por aplicar su querida Ley de Memoria, ya que fue Queipo de Llano quien destinó esos edificios a oficinas del Estado en 1936. Y, de paso, que pregunte Celis a Capitanía (Defensa) como a la propia Delegación del Gobierno qué les parece que 'su' plaza sea ahora como lo de la Bernarda, un zoco de mercadillos, aparcamiento de bicicletas, auditorio privado de conciertos, un monumento siempre amenazado por el vandalismo y el carterismo cuya seguridad permanente no puede garantizar la mermada plantilla policial de la ciudad. Motivos que esgrime el alcalde en su proyecto que, aunque sea polémico, tiene como premisa asegurar la integridad de lo público.
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