No ni ná
Moreno 2- Ribera 0
Teresa Ribera ha optado por la foto del pacto, ahora del agua. Bienvenida sea la ministra y su cartera
Juanma Moreno le tiene pillada la medida a la ministra Ribera. Esa ministra que además de señalar a jueces, es capaz de aliarse con las campañas centroeuropeas contra la fresa de Huelva y que ha estado a punto de cargarse a los mariscadores gallegos por ... no saber medir las consecuencias de las ocurrencias que pone en marcha con interés electoralista su Gobierno, léase 'Doñana se muere' o la artificial crisis de los pélets en la precampaña de Galicia.
Ribera no es capaz de resistir estos pulsos porque hasta el sectarismo marca de la casa sanchista tiene un límite. Y porque la razón, unida a la memoria y a los datos siguen siendo buenos remedios para luchar contra la demagogia y la política basada en consignas de 140 caracteres.
Ocurrió con Doñana. Moreno resistió la sarta de improperios que le dedicó la ministra y la campaña mediática que le señalaba junto a los regantes como la peor plaga del parque nacional en siglos. Moreno se mantuvo firme mientras recordaba, sin estridencias, los incumplimiento del Gobierno en la ejecución de las obras hidráulicas previstas en el Decreto urgente de 2018 de la que depende esta sensible zona en tiempos de sequía. Moreno mantuvo hasta el final la proposición de ley para regular la agricultura del entorno a pesar de la presión y el Ministerio tuvo que firmar una paz que se tradujo en una inversión pública para la zona que, de otra forma, no habría llegado a Andalucía.
Con el tema del agua ha pasado lo mismo. Moreno, que ha aprobado cuatro planes urgentes contra la sequía, pidió audiencia al Gobierno al que reclamó inversión y que negociara un trasvase con Portugal por Alqueva. Con todo eso se fue a Bruselas a exponer que lo que se nos viene encima es una catástrofe mayúscula si no llueve y para solicitar fondos. Ribera acusó a Moreno de sobreactuar, de equivocarse en la forma de pedir la ayuda europea, y sólo cuando se ha dado cuenta de que la pelota se le quedaba en su tejado, por la inacción presente y pasada del Gobierno en la materia, ha dado marcha atrás. Sea porque es difícil olvidar que Zapatero se cargó el plan de trasvases o porque ahora tendrá que justificar el envío urgente de agua en barco a los socios catalanes, Ribera ha dado marcha atrás en su ofensiva y, previa cortés llamada del presidente andaluz, ha optado de nuevo por la foto del pacto que dicen se firmará a final de mes. Bienvenida sea la ministra y su cartera.
Ribera, tan sutil con la exministra socialista Ségolène Royal y su tomate fobia, se emplea sin embargo a fondo cuando responde a las reclamaciones andaluzas. Pero como los equipos impulsivos y sin táctica ha vuelto a perder presa de su marrullería. De momento ya ha recibido en dos sesiones una medicina infalible a su mal de ecología ideologizada, cuyo prospecto resumía Moreno ayer en Madrid: «Cuando los ciudadanos tienen un problema, lo que tenemos que hacer las administraciones es trabajar juntos y coordinados». Se llama sentido común.
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